Lunes 01, Julio 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

El dilema de las drogas

Opinión

Trece años fueron suficientes para demostrarle al gobierno norteamericano que la prohibición de alcohol resultó ser un fracaso. Contrario a las expectativas, la ley Volstead trajo consigo un creciente mercado negro de licor. Figuras como William McCoy o Alphonse “Scarface” Capone hicieron fama en ese mundillo de los traficantes. Para dicha de todos, a cada villano le corresponde un héroe. Y es aquí donde nace la figura de Elliot Ness. Él y sus famosos intocables le dieron la batalla al contrabando de licor. ¿Lograron algo? Sí y no. Tuvieron triunfos, derrotas y, al final, el gobierno desistió de continuar la lucha.

Treinta y ocho años después, Richard Nixon declara el abuso de drogas como el enemigo público número uno de ese país. Contrario a Ness, la lucha de Nixon no tuvo final, sigue latente. Según los datos aportados por el Centro Nacional de Estadística para el Abuso de Drogas (NCDAS) de Estados Unidos, el 45,7% de consumidores se decanta por la marihuana, 14,7% por la cocaína y 10,2% por el LSD. Con esos números a la vista, la pregunta a contestar es: ¿se puede ganar la guerra contra las drogas?

Para triunfar en una guerra se debe conocer al enemigo y los frentes por donde ataca. Los dos frentes principales del narcotráfico son: la violencia de las mafias y el factor salud. Empecemos por las organizaciones criminales, ¿les parece? En los pocos meses que llevamos de este año, ¿cuántos “ajustes de cuentas” entre miembros de pandillas han ocurrido? Montones, ¿cierto? Y no solo en este año, también en los anteriores. ¿Han podido los distintos gobiernos disminuir esas muertes? No. 

Ahora, hablemos del factor salud. La primera variable de este flanco son las muertes por sobredosis. Según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIH) de Estados Unidos, murieron 106.699 personas resultado de una sobredosis solo en 2021. Esas muertes incluyen tanto las drogas ilícitas como algunos medicamentos regulados. ¿Han podido disminuir esta variable? Otra vez, no.

La segunda variable a considerar son las sustancias contenidas en la droga. Como si el estupefaciente no fuese suficiente dañino, algunos traficantes, para aumentar la cantidad de su producto, agregan otras sustancias y así obtienen mayores ganancias. El Centro Americano de Adicciones estadounidense ha reportado aditivos como: vidrio, PCP y otras. ¿Se ha podido impedir esto? Tampoco.

La cantidad de tiempo destinado a luchar contra este flagelo social se ha concentrado en desarticular bandas y los resultados obtenidos invitan a realizar la pregunta, ¿ha cambiado algo? Y otra vez la respuesta es: no. ¡Nada ha cambiado! Al contrario, las muertes por sobredosis y pleitos entre bandas criminales van en aumento. Si los Estados Unidos, con sus inagotables recursos no ha podido resolver esto, nosotros, un país con una economía débil, tenemos menores posibilidades. ¿Es posible hacer algo? Hace unas semanas, el abogado, Sebastián Casas, en su artículo “Acabando la guerra contra las drogas legalizándolas”, propuso legalizar la marihuana. ¿Es una buena idea? Analicemos un poco.

La propuesta del licenciado lograría atacar dos puntos importantes: las organizaciones violentas y permitiría regular las sustancias contenidas en el producto. ¿Se gana algo? ¡Claro! En el caso de los traficantes, al legalizar la droga, mueren las disputas territoriales tal y como ocurrió con el fin de la ley seca. En segundo lugar, al tener un control sobre la sustancia es posible evitar los aditivos cuyo consumo aumenta el daño para los consumidores. ¿Resuelve la totalidad de los problemas? No. Incluso, en sustancias legales de venta regulada, existe tráfico. Como el caso del clonazepam y “las mafias del Rivotril” asociadas a este producto. En resumidas cuentas, las sobredosis y las adicciones trascienden a la legalización, pues, como se tiene conocimiento, también ocurren con sustancias permitidas (cigarrillo, alcohol, psicotrópicos, etc.).

Analizando con lupa el fenómeno, solo es posible triunfar en algunos frentes, nunca en todos. Y si no es posible ganar la lucha en su totalidad, ¿qué se puede hacer? La discusión, entonces, no es acabar con las drogas, es aceptar que es posible ganar en unos frentes y en otros no. 

Y es aquí donde se debe jugar con los pesos en el platillo para equilibrar la balanza y, habiendo hecho eso, escoger un camino distinto al actual, pues, como ya hemos visto, no está funcionando.

PERIODISTA:

EMAIL:

Sábado 22 Junio, 2024

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Marco A. Pérez

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA