Sí a la educación dual

Editorial

Con cifras tan altas de desempleo entre la población juvenil, la educación dual podría convertirse en una solución para que estas personas puedan insertarse al mercado laboral.

La Ley se aprobó en 2019 y todo parece indicar que la pandemia tuvo un efecto contrario, opacando la intención que traía la iniciativa y el ímpetu con el que la defendía el sector empresarial.

El Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) reporta que solo hay 350 estudiantes bajo esta modalidad al día de hoy, lo que es realmente poco con respecto al Parque Empresarial.

Sin duda, el apostar por la educación técnica no es un gasto, sino una inversión. No podríamos decir que en este caso se trate de una práctica profesional, pero sí constituye un primer puente con el sector empleador.

Se debe reconocer que la experiencia resulta vital para ser tomado en cuenta. Muchos jóvenes se preguntan: ¿cómo puedo obtenerla si nadie me da la oportunidad?

Si bien las universidades e institutos hacen grandes esfuerzos en formación, es una realidad que la verdadera práctica está en la calle, y si 9 de cada 10 jóvenes en educación dual se quedan trabajando, eso ya es un avance.

Resultaría interesante conocer por qué muchos empresarios no han querido participar de esta modalidad. ¿Qué los está frenando? ¿Es un tema de capacidad instalada o económico?

La educación dual debe ser vista como lo dicta la Ley. Es una estrategia de formación profesional, voluntaria, integral y práctica, que permite a los estudiantes capacitarse sin tener un mayor costo para las empresas.

En parte la intención es que exista una adecuada transición al mercado de trabajo en la que haya una integración de los sectores sociales y productivos del país.

Lo que tiene de ventaja es que los estudiantes pueden formarse entre las aulas y los lugares de trabajo. Adicionalmente, estos reciben un monto económico en lo que son contratados.

Un defecto que se presume podría tener la Ley es que obliga a las grandes empresas a hacer un aporte inicial de ¢2 millones o ¢3 millones. De ahí que ahora se intente cambiarlo.

Justo de eso se trata el proyecto 24.283 que ya se encuentra en la Asamblea Legislativa y ahora dependerá de los diputados si apoyan esta reforma o dejan la norma tal y como está.

Nos parece que si esa es la vía para que aumente la colocación de jóvenes mediante la educación dual, es el camino correcto, sin embargo, eso debió preverse en la Ley original.

Ya se ha vuelto una maña que las normas salgan mal del Congreso y luego tenga que venir otra Administración a resolver lo que no se hizo bien, con los atrasos que esto implica.

Si el INA puede hacer frente a la asignación de becas y permitir que se suspenda el aporte por un tiempo, en hora buena, porque en este país lo que se necesita es trabajo, no más excusas.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Jueves 20 Junio, 2024

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