La piña rosada, un producto que nos debe enorgullecer
Opinión
Nunca he probado la piña rosada y tal vez nunca lo haga, pero me llena de orgullo saber que Costa Rica exporta una fruta única en el mundo, producto del trabajo, el ingenio, el conocimiento y la creatividad de un grupo de costarricenses.
La piña rosada ha cautivado por su novedad a consumidores de otros países posiblemente por su excentricidad y su sabor, no lo sé. Lo que sí sé es que es un producto que pone a Costa Rica una vez más en el mapa de mundo y sorprende por su originalidad, pues además de producir frutos tradicionales de calidad mundial como café, banano y piña amarilla, nuestros agricultores, junto a científicos, han demostrado tener la capacidad de crear una nueva variedad de piña.
La noticia ha causado impacto, CNN presentó un reportaje y muchos ticos escucharon por primera vez de este fruto que aún no sé cómo describirlo… ¿sofisticado, novedoso, colorido? O llamarlo simplemente: ¡piña rosada de Costa Rica!
Lo cierto es que este logro me hace valorar en el talento, la iniciativa y, por qué no, hasta el sacrificio de algunos costarricenses que a pesar de las dificultades y limitaciones han logrado, a lo largo de los años, desarrollar productos agrícolas que nos distinguen. Somos el primer productor de banano por hectárea sembrada, exportamos uno de los mejores cafés del mundo, nuestra piña es cotizada por su calidad y dulzura, el palmito gris se considera una delicatesen y nuestras flores se exportan a varios países del mundo.
Sí, la piña rosada que se suma a esta lista hoy está siendo consumida en otras mesas, en otros países y eso al parecer molestó a unas personas que expresaron, a través de las redes sociales, su malestar porque la piña rosada no se vende en Costa Rica y por ende no está al alcance de la mayoría de los costarricenses. Su incomodidad se centraba en que siendo un producto de Costa Rica no se pudiera consumir aquí además de que su precio era alto.
Debo confesar que este reclamo me llamó profundamente la atención, pues denota una actitud de merecimiento fuera de lugar. Creer que por el simple hecho de que el fruto nace en esta tierra se tiene el derecho de consumirla me parece un exceso.
Este comentario denota desconocimiento sobre el largo proceso que ha llevado desarrollar el producto, la fuerte inversión que se ha hecho, los años de investigación hasta llegar a crear un fruto único y de calidad mundial. No alcanzo a comprender por qué quien no ha contribuido ni arriesgado nada se siente con derecho de hacer un reclamo.
Otros señalaban que unos pocos se estaban viendo beneficiados con la exportación de este producto “hecho en Costa Rica”. No, no son unos pocos, se les olvida que esta producción da trabajo a científicos, agrónomos y campesinos, que a su vez mantienen a sus familias, que generan divisas en beneficio del país y que además es una valiosa carta de presentación ante el mundo. Reditúa beneficios a quienes se arriesgan, invierten y trabajan honestamente en una empresa innovadora, sí.
En cuanto al precio, al igual que cualquier producto resultado de una investigación costosa de años, sea un medicamento o como en este caso, un nuevo fruto, los costos de años de investigación se trasladan al costo que debe cubrir el consumidor hasta que la empresa recupera la inversión. Esa es la dinámica del comercio, justa o no, así funciona; oferta y demanda y el consumidor decide en última instancia si paga o no el precio.
La piña rosada seguirá conquistando paladares más allá de nuestras fronteras y con suerte pronto su producción será suficiente para que al igual que el café, los bananos o la piña de gran calidad, puedan ser disfrutados también en nuestras mesas. Espero que mientras esto ocurra tengamos un poco más de paciencia y respeto para aquellos que trabajan el campo y se atreven a hacer lo que otros ni siquiera sueñan.
