La jubilación es el momento esperado por muchos. La faena del trabajo a lo largo de tantos años satura y por eso se vuelve deseable esa etapa donde disfrutamos de lo que hemos cotizado durante tanto tiempo.
Sin embargo, el concepto de pensión tiene enormes dimensiones psicológicas, al punto que algunos erradamente lo relacionan con un descanso constante. Se piensa lo lindo que se puede pasar levantándose tarde, ponerse al día con las series de Netflix, no perderse un solo partido del mundial, es decir, haraganear de mañana, tarde y noche.
Pues bien, aun cuando esto pueda ser grato durante unas cuantas semanas, la verdad es que en cuestión de unos meses con ese régimen de vida se incuban diversas alteraciones tanto mentales como físicas que nos pasarán factura más temprano que tarde. Sobra decir, que enfermedades como el azúcar en la sangre, la presión alta, los colesteroles, y ciertos procesos cancerosos toman auge cuando se pasan los días pereceando.
Por eso la recomendación es clara, una vez que se hallan vivido unas cuantas semanas de descanso pasivo es momento de volver a la vida, es momento de tomar un nuevo aire, es momento de respirar profundo y vivir activamente cada día.
El ejercicio diario, es el primer paso para propiciar la salud. Ojalá con amigos y familiares. Recordemos que ya muchos conocidos tendrán la misma edad, y como tal, estarán también pensionados. De igual manera, evitar caer en las adicciones del licor y otras sustancias representa ese otro paso importante
Una faceta que se debe recordar, es que el sexo, el amor y el cariño no se jubilan. La sexualidad con todas sus facetas, el deseo, la excitación, la erección y el orgasmo se mantienen presente a lo largo de los años. Hoy se considera que la tal llamada tercera edad de Laslett, es el momento de la vida en la cual el sexo toma una importancia capital y es justo en esta etapa en la que disponemos de más tiempo para amarnos
Hay que tener en cuenta que se han pasado dos décadas estudiando y preparándonos para el trabajo. Desde que nacemos hasta que cumplimos veinte o veinticinco años. Pasamos cuarenta años mas trabajando por los nuestros, de los veinte y tantos hasta los sesenta y tantos. Y a lo largo de todas esas décadas la vida es solo premura, solo carreras, nunca hay tiempo para nada, ni siquiera para el amor.
Al llegar la jubilación, por vez primera, tenemos la variable tiempo a nuestro favor. El tiempo es lo que sobra y por eso el sexo, el amor, la ternura y el cariño toman el estrellato perdido a lo largo de la vida. Claro está, siempre y cuando, que cada uno libre la lucha de evitar a toda costa que los prejuicios nos acomplejen.
Si bien debemos disfrutar de ciertos placeres que surgen con la edad, como por ejemplo disfrutar de los nietos, por ninguna razón debemos convertirnos en abuelos cuenta cuentos a los que se les censura cualquier matiz libidinoso.
La ciencia es clara en señalar que el sexo cumple una función primordial en la tercera edad y que es parte de los bálsamos que nos protegen de las dudas existencialistas que surgen a estas edades. Así que la jubilación es un buen momento para servirnos el amor con cuchara grande.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Lunes 11 Junio, 2018
HORA: 12:00 AM
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