En Frailes de Desamparados dejó el ombligo el 28 de agosto de 1949 un niño que sería bautizado como José Antonio Venegas Cordero. Llegó al mundo de la fotografía pues con 12 años ojeaba libros de fotos en la Librería Valerín, en esta capital.
Tuvo contacto con las cámaras cuando pasó a laborar al estudio Hollywood, donde limpiaba vidrios. Traveseaba las cámaras hasta que un día, tres meses después de haber empezado, llegó una pareja para una foto matrimonial de estudio y ahí con 14 abriles se animó y se tiró al agua. Le fue bien y desde ahí se la creyó. De ahí pasó al fotograbado Cabezas y después al estudio Laínez.
Aprovechó la oportunidad y entró a la agencia Publicentro y hasta trabajó con el partido Unidad. Guillermo Villegas Hoffmeister, a quien considera padrino, lo incorporó al Periódico La Hora y ahí empezó con los medios de comunicación. No puede dejar pasar la anécdota que le ocurrió al cubrir su primer encuentro de fútbol, en el estadio Alejandro Morera Soto. Ni carné tenía del medio, no lo dejaron entrar y tuvo que trabajar desde la malla. Los lectores de El Excelsior y La Nación disfrutaron de su valioso material. Un gran momento vivió cuando fue enviado a una pasantía al Miami Herald. Fueron tres valiosos meses tan provechosos que le ofrecieron quedarse, pero rechazó la oferta por motivos familiares. También se desempeñó como corresponsal en nuestro país de la Agencia Reuters.
Trabajó en Casa Presidencial con los mandatarios José María Figueres y Abel Pacheco, realizó por años trabajos independientes y hoy forma parte del grupo de fotógrafos de planta del Periódico de Más Venta en Costa Rica.
“Yo le quiero agradecer a doña Iary Gómez y a doña Paola Hernández la oportunidad. En verdad que me siento muy halagado de formar parte del staff de DIARIO EXTRA”.
SOBREVIVIENTE DEL
ATENTADO DE LA PENCA
El 30 de mayo de 1984 le marcó la vida. Fue enviado a cubrir una conferencia de prensa del Comandante Edén Pastora y justo 5 segundos después de un flachazo suyo, en la zona limítrofe con Nicaragua una casucha pequeña de madera manchó con sangres sus paredes. Un artefacto explosivo se activó y generó un caos, generando muerte, dolor y secuelas que aún están presentes en los que pueden contar la historia. “La Penca me marcó para toda la vida. Por momentos, cuando hay mucha tensión, cuando duermo a veces siento como una bomba en el oído. Tengo una secuela, marcó a mi familia y a mi esposa Doris Hernández Brenes, sobre todo, pues los niños (José Antonio, Guiselle, Leonardo, Dania y David) estaban muy pequeños”.
“ERA ALGO MACABRO”
Recuerda como si fuera hoy aquel drama. “Le dije a un camarógrafo cuídeme el campo voy a cambiar de rollo. Tomé una foto y me corrí. Yo pensé que el flash me había explotado. Luego me dijeron que habían puesto una bomba. Fue muy impactante, me corro y unos segundos después viene la explosión. Habían heridos y gente muerta. Yo estaba a medio metro. Me afectó el oído y hombro derecho”, indicó.
Aquello fue un caos, su equipo rodó, no había luz, a como pudo, a gatas, lo consiguió y empezó a registrar aquella escena dantesca. “Cuando pudieron reconectar la luz lo que se veían eran paredes manchadas de sangre. Era algo macabro”.
Fue quien imploró que sacaran al periodista Nelson Murillo, mientras un guerrillero le insistía “déjelo ahí que ese ya se va a morir”. Aquella vez se llenó de valor y dirigió la salida de las pangas con heridos. No conocía la zona, pero alguien debía comandar el rescate y él dijo presente.
ESTÁ CONTENTÍSIMO
CON EL HOMENAJE
Hoy el Colegio de Periodistas le rinde tributo a su fructífera carrera y le recuerda como uno de los sobrevivientes de La Penca. Se muestra muy motivado por tal designación. “Nunca es tarde cuando la dicha es buena. Este homenaje no es para mí, es para mi esposa y para mis hijos que son los que han sufrido por mi labor fotoperiodística. Yo sí he disfrutado muchas cosas y he conocido muchos países pero ellos no”.
Una vez tuvo que convertir un escusado de hueco en un cuarto oscuro y revelar ahí. Ahora trabaja con cámara digital y repasa con nostalgia el cambio. “La fotografía perdió el romanticismo. Ahora si no sale la foto se toma de nuevo. Antes se veía el negativo y muchas cosas. Entregar el producto final era como ver nacer un bebé. Te decían que bonitas quedaron. Ahora dicen sí me parece la foto”. Entre muchos premios y condecoraciones ha recibido el Pío Víquez y el de la Sociedad Interamericana de Prensa.
HUMILDAD ANTE TODO
Invita a los jóvenes fotógrafos a trabajar con humildad, aunque tengan el mejor equipo del mundo y se topen a alguien con una camarita antigua. “Debe haber respeto. Que nunca dejen de ver fotografías, pues todos los días se aprende algo nuevo.
Para cerrar meditó “si volviera a nacer sería fotógrafo. Si me volviera a casar buscaría otra profesión para estar más tiempo con mis hijos y esposa, para que no sufrieran soledad”.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
CRÉDITOS: Fotos y reproducciones: David Barrantes e Isaac Villalta
EMAIL: [email protected]
Viernes 29 Mayo, 2015
HORA: 12:00 AM
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