¿Qué pasa después de la marcha?
Convertir la indignación en propuestas, pasar de la impotencia al trabajo conjunto y transformar la espera en acciones concretas, comienza por reconocernos como agentes de cambio de nuestra propia realidad.
La marcha contra el maltrato infantil efectuada a mediados de febrero y en la cual participaron cientos de personas, manifestando su justo malestar por el fallecimiento del niño a manos de sus padres en Los Chiles, es una demostración clara de que la sociedad costarricense no ha perdido su sensibilidad ante acontecimientos inadmisibles de maltrato y abuso infantil.
Reconocer que algo está mal y que necesita ser corregido es un valioso primer paso; sin embargo, el trayecto que lleva a un verdadero cambio sucede cuando adquirimos conciencia de que la realidad se construye a partir de nuestras acciones. Las situaciones cambian estructuralmente cuando los individuos deciden ser parte activa del modelo de sociedad que se quiere alcanzar. Si esta visión de comunidad está contra la violencia, su responsabilidad es actuar con amor.
Algunas personas hemos reflexionado sobre esto en las últimas semanas y estamos creando una opción que lleva por nombre M.O.M. Este movimiento, cuyas siglas significan Mirar, Oír, Moverse, es un programa de voluntariado ciudadano que aspira a convertirse en ese espacio donde podremos actuar con amor por una sociedad libre de maltrato infantil y con mayores oportunidades para los más vulnerables.
El objetivo de esta iniciativa es impulsar a las personas a actuar, a involucrarse, a estar alertas, a colaborar en la adecuada protección de la niñez, desde una perspectiva positiva, propositiva, de alegría, de ternura y solidaridad. De esta manera, se utilizará como principal fuerza de trabajo las adhesiones individuales de quienes estén interesados y dispuestos a integrarse a esta red de servicio social y dedicar su tiempo y conocimiento para apoyar las acciones del movimiento.
Todas las personas, desde sus propias experiencias, talentos, ocupaciones e intereses son potenciales agentes de cambio y su contribución resultará invaluable si surge de un interés legítimo por ayudar. Y este paso se transformará en la fuerza motivadora que impulsará a otros para que se integren al esfuerzo colectivo.
El movimiento concibe el voluntariado como una fuerza de notables capacidades. Si bien los recursos económicos siempre son útiles, M.O.M no se concentrará en la solicitud de contribuciones monetarias, sino en algo de mayor profundidad y compromiso: el tiempo de cada persona.
Dedicar tiempo encierra lo simbólico y lo práctico de las acciones concretas, es la revelación de una naturaleza humana solidaria en la que la mayoría de las personas creemos y a la que estamos llamadas a aventurarnos.
La primera tarea del movimiento será la identificación y caracterización de los voluntarios en todo el país. Esta es la actividad clave que nos permitirá determinar con mayor precisión la capacidad de hacer de cada persona que se integre, para así priorizar las funciones y organizar las estrategias en un marco de trabajo estratégico.
Si esta fuerza de trabajo y motivación va ligada a otros esfuerzos de orden institucional alcanzamos una mayor sinergia. Por esta razón, el movimiento trabajará en conjunto con el PANI, institución que va a supervisar las acciones y apoyará a los voluntarios para tener claro que lo que se realice esté acorde con un esquema organizado, articulado y con propósitos claramente enfocados al cuidado de la niñez costarricense.
Para M.O.M. todas las personas son importantes y cada uno de nosotros está en capacidad de colaborar, no importa si es con una ayuda manual, técnica o profesional. Esta iniciativa, que busca ser un llamado a la acción solidaria de la gente, cree que es posible configurar un esfuerzo social capaz de brindar amor a la niñez y protegerla de toda manifestación de abuso y maltrato.¿Quiere saber más? ¿Quiere participar?
*Proyecto M.O.M.
