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Opinión

Buena regulación y competencia: aplicación de la teoría del Premio Nobel de Economía 2014

En días pasados se informó que el Premio Nobel de Economía 2014 se concedía a Jean Tirole, economista francés que se ha dedicado a la investigación del mercado, competencia y regulación de los servicios públicos. Sus propuestas teóricas son cercanas para la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), dado que las mismas son aplicables a nuestra realidad.


Cincuenta y dos páginas constituyen la compilación que el Comité de la Real Academia de Ciencias en Suecia analizó, para otorgar este destacado reconocimiento. Tirole es profesor e investigador que estudió ingeniería, matemáticas y economía, que ha dado más de 80 conferencias alrededor del mundo y tiene más de 200 artículos escritos en economía y finanzas, 11 libros publicados, 8 doctorados honorarios y más de 20 premios diversos.


Los trabajos del profesor Tirole iniciaron en los años 1980 y junto con otros, fueron utilizados como respuesta de los gobiernos europeos para desregular los monopolios estatales, procurando mayor inversión e innovación, sin que los incentivos o esquemas tarifaros dañen el bienestar económico.


Las recomendaciones de Tirole han servido de base para la regulación de los cargos de comisiones de las tarjetas de crédito y las prácticas de precios de los bancos.


No obstante lo anterior, el mismo Jean Tirole ha reconocido que la regulación bancaria o de los intermediarios financieros es un tema complejo.


De ahí que lance la recomendación de que todas las industrias son diferentes y esto obliga a que sean tratadas de forma diferente.


Por ello la regulación es un juego estratégico entre jugadores que tienen diversa información y objetivos e instrumentos para actuar: es la aplicación de la teoría de juegos al problema del “agente-principal”. Si no hay solución a un juego de regulación, siempre habrá un refinamiento que puede introducir un cambio para que exista solución. Por ejemplo, cuánto poder de mercado estoy dispuesto a conceder con el fin de que no desmejore radicalmente el nivel de bienestar, o bien, cuánta información estoy dispuesto a obtener a través de mejorar el sistema de incentivos a las empresas.


Tirole toma de la rama de las matemáticas la “teoría de juegos” y utilizando la econometría de los mercados, analiza la interacción estratégica de los jugadores (empresas) en todo el mundo, o bien en varios países, o en segmentos nacionales, regionales y hasta locales. Del análisis se obtienen ideas de cómo se comportan esos jugadores en varios ambientes de decisión.

 

La teoría en servicios públicos

 

Las teorías de Tirole se aplican en la prestación de distintos servicios públicos (electricidad o transporte, por ejemplo) donde se suscitan situaciones de empresas con poder de mercado, que lo ejercen ante una regulación o desregulación ineficientes, y que esto provoca frenéticos aumentos en las tarifas.


En California, Estados Unidos, destaca el caso de grandes empresas que compraban a $250 el megawatio/hora y lo vendían cinco veces más caro.


Los usuarios finales pasaron de pagar 2,7 centavos de dólar/kWh a 52 centavos de dólar/kWh entre abril y junio de 1999.


Es decir, un aumento de 1826% en las tarifas eléctricas tan solo en tres meses.


Lo que sucedió ahí son manipulaciones de precios por parte de grandes generadores de electricidad.


Otro ejemplo ocurrió en el sistema ferroviario inglés, donde un mal diseño regulatorio no permitió invertir y renovar equipos, con el fin de mantener “precios sin cambiar”, lo que dio al traste con la prestación del servicio: líneas y trenes viejos colapsaron y provocaron accidentes.


De esa manera, un “mal diseño de mercado” a través de una laxa regulación sin auditoraje, sin seguimiento tarifario y “sin un buen diseño del sistema de tarifas e incentivos” fueron algunas de las causas que motivaron diversas crisis. Incluso, la crisis hipotecaria se debió a la manipulación de datos, lo cual desencadenó la crisis financiera mundial.


Esto ocurrió a pesar de la vasta experiencia regulatoria de los Estados Unidos, con más de cien años de tradición regulatoria de la competencia y de los servicios públicos.


Ante esta situación, se genera desconfianza e incertidumbre.


Es ahí donde surge el rediseño de las reglas de la regulación y del diseño del mercado (incentivos y tarifas), el fortalecimiento de las Comisiones Reguladoras y de las Instituciones y Organismos de Regulación en todo el orbe.


Estas medidas han permitido mejorar la confianza en el sistema de mercado y la competencia leal, como mecanismo de asignación de recursos y también ha aumentado la credibilidad en el sistema de mercado regulado, como mecanismo que permite a la sociedad mejorar su nivel de bienestar.


Cuando una empresa o varias que pueden influir en el mercado realizan alguna conducta que puede disminuir los beneficios de este sistema para la sociedad, sea a nivel mundial, continental, regional o local; es lo que se conoce como “ejercer el poder de mercado”.


Esto puede ocurrir en casos como el uso exclusivo de los satélites para las telecomunicaciones, en los programas exclusivos en las televisoras de cable, en las ventas de carros o repuestos de carros, en los carteles de las empresas petroleras que hacen disminuir la oferta para aumentar los precios, o bien en las cadenas de supermercados.


Algunas de las “conductas de estas empresas en el mercado” van desde ponerse de acuerdo para fijar los precios y las calidades de los bienes y servicios, el no ofrecer el producto y servicios en las cantidades demandadas, no permitir que otros jugadores entren al mercado haciendo gastos en publicidad o comercialización que otros actores no pueden realizar, o no permitiendo la difusión del conocimiento y la tecnología, o atando las ventas de diversos productos y servicios, entre otros.


Estas empresas también se aprovechan de un mal diseño del mercado o de las reglas del mercado.


Es decir, que “malas reglas, mala regulación e incentivos”, pueden a la vez, hacer que los beneficios del mercado regulado tanto en el ámbito de los servicios públicos como privados, no se aprovechen por la sociedad.


Hoy en día las noticias señalan que las Comisiones de Competencia y Regulación internacionales, continentales o nacionales han impuesto multas o han ordenado la separación de corporaciones y empresas para que se abstengan de comportarse cuando, al ejercer el poder de mercado, daña el bienestar económico.


Las recomendaciones del profesor Tirole deben ser objeto de la práctica cotidiana de los organismos reguladores en Costa Rica, como la Autoridad de los Servicios Públicos (Aresep), las Comisiones de la Promoción de la Competencia, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).

 

*Regulador General

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Jueves 20 Noviembre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Dennis Meléndez Howell

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