¡Al pan...pan!

Cada año, el día 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha fue declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999 y su origen se remonta al 25 de noviembre de 1960, cuando fueron asesinadas en República Dominicana las hermanas Patria, Minerva y María Teresa, todas de apellido Mirabal, por su activismo político en contra del gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

El principal objetivo de este día, es sensibilizar a la población de uno de los problemas a los que se enfrentan miles de mujeres y niñas.

Es probable que ese día se realicen diversas actividades para que las mujeres aprendan a poder desarrollarse por sí mismas sin que nadie pueda ejercer ningún tipo de violencia sobre ellas. Se hablará de tráfico de mujeres y niñas que son sometidas a la prostitución, esclavitud o servidumbre.

Otros indicarán que la violencia de “género” contribuye a la inseguridad general, además de que “es una persistente amenaza y obstáculo al desarrollo humano, la salud pública y los derechos humanos”. Muchos se lamentarán que informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), indican que casi todos los países en América Latina reportaron incrementos en la violencia doméstica, las violaciones y los asesinatos de mujeres.

Adelantándonos al día indicado, hoy en esta columna hablaremos de la peor violencia, una de la cual casi nadie habla: el aborto selectivo. ¿Sabía usted que en el mundo hacen falta más de 200 millones de niñas, a las cuales se les mató, por medio del aborto selectivo, solo por el hecho de ser mujeres?

Recientemente, Parvinder Singh, director de comunicación de Ayuda en Acción en India, denunció que “faltan 35 millones de mujeres” en ese país debido a “los abortos selectivos según el sexo”.

En 1941, había en India 1010 niñas por cada 1000 niños. En el año 2001, esta proporción había descendido a 927 niñas de 0 a 6 años por cada niño.

El director de comunicación de Ayuda en Acción, reveló además que los abortos selectivos no tienen relación con la pobreza, pues “las familias de las castas más altas y las de áreas más prósperas del país tienen el ratio más elevado de falta de niñas”.

“Las estadísticas dicen que en las zonas más desarrolladas nacen 610 mujeres por cada 1.000 varones; y sabemos que se trata de mujeres que se han quedado embarazadas, muchas cinco o seis veces, y que han abortado hasta concebir el varón”, señaló.

Lamentablemente India no es el único país, también ocurre en Corea del Sur y en la República Popular de China.

En China, la política del hijo único se ha superpuesto a la ancestral preferencia por el varón, de manera que los promedios por sexo son inquietantes en algunas grandes ciudades. En el 2007, el promedio en Pekín era de 118 niños por cada 100 niñas, y en Shanghái, de 120 niños por cada 100 niñas.

En el campo, la tendencia también se da. Las familias rurales chinas dependen en la vejez del hijo varón, que junto a su esposa cuidará de sus padres ancianos. La familia de la nuera quedará sin protección en la ancianidad, a menos que tenga otro hijo, lo cual es prácticamente imposible dado que la política de un solo hijo, impone fuertes castigos a quienes tienen más hijos.

El aborto es un asesinato que no puede justificarse desde ningún punto de vista, pues consiste en matar a un ser humano inocente e indefenso.

Si a lo anterior le agregamos que el crimen se realiza en razón de su sexo, realmente es un acto perverso y desdeñable, que ofende gravemente la dignidad de toda mujer y viola el principio de no discriminación, según el cual todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derechos, por lo que no se puede hacer ninguna distinción en razón del sexo.

Y las feministas: ¿Por qué no denuncian esto?

PERIODISTA:

EMAIL:

Jueves 20 Noviembre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Licda. Alexandra Loría