Soy un hombre de 42 años. Tengo 18 años de casado. Mi esposa es una santa y nos llevamos muy bien. Siempre he tenido cuidado de no involucrarme con nadie. Para mí, cualquier aventura siempre fue una cosa breve. Sin embargo, hace tres años me enredé con una mujer de 21 años y no pude terminar la relación. Como no me fui a vivir con ella, subió algunas fotos íntimas al FB para que las vea mi esposa.
Como lo mencionan los estudios, las redes sociales se han convertido en el nuevo escenario de los líos emocionales. Es común que, por despiste, por intención o de manera indirecta, fotos que evidencian relaciones prohibidas se hagan públicas.
Por otra parte, darse cuenta de una infidelidad de la pareja suele ser sumamente doloroso.
El efecto es más grave cuando la infidelidad se hace pública a través de internet, sobre todo porque está al alcance de conocidos, compañeros y familiares.
El agravante es que, por ser las nuevas generaciones más asiduas de las redes sociales, los hijos pueden conocer lo sucedido.
De igual manera, como las imágenes son un material muy explícito, rápido se difunden y fácilmente las ven suegros y padres, con todas las repercusiones que esto implica.
Por eso, estas situaciones se vuelven muy difíciles de manejar, por cuanto, al estar enteradas tantas personas, se pueden generar enfrentamientos y conflictos que van más allá del vínculo de pareja.
Es fundamental que toda pareja que enfrente un episodio de infidelidad busque ayuda profesional, ya sea para lograr una reconciliación o para propiciar una separación en los mejores términos.
