Hay que poner atención a los pequeños detalles
Editorial
Con los avances de la tecnología la mayoría estamos muy contentos porque todo lo tenemos al alcance de un clic, ya sea en temas de entretenimiento como a la hora de tener que trabajar fuera de la oficina.
Sin embargo, esto también implica problemas, en especial para quienes no saben darle un uso adecuado o para aquellos que no saben guiar a los más pequeños con el fin de usarlo en cuestiones educativas y no para perder el tiempo viendo cosas inadecuadas.
Lastimosamente ahora los padres de familia les dan teléfonos y otros dispositivos a sus hijos sin enterarse de qué ven o cómo los usan. Una situación es confiar en ellos y otra es que no cumplamos con nuestro papel de papás y mamás vigilantes de lo que pasa con nuestros retoños.
Muchos les regalan estos aparatos para poder comunicarse con ellos, pues ahora en casi todos los hogares ambos padres trabajan fuera de la casa, sin embargo hay un tema que no se puede obviar: algunos se los facilitan para quitárselos de encima.
Hay madres que el niño ni ha empezado a llorar cuando ya les han dado el teléfono para ellas seguir chismeando o estar de manera tranquila, por lo general el pequeño pasa pegado al aparato sin que nadie verifique qué ve.
Con esto vamos a lo sucedido en días pasados donde una jovencita de colegio, en una exposición de arte, dibujó unos personajes manteniendo relaciones sexuales, entonces nos preguntamos de dónde tuvo la iniciativa e inventiva para crear esas imágenes.
Luego de analizarlo los expertos adujeron que esta joven posiblemente tuvo acceso a material pornográfico, lo que la llevó a expresarlo mediante su arte pues en ellos se veían diferentes posiciones sexuales.
¿Qué está pasando con nuestros niños y jóvenes? Las estadísticas son alarmantes, ya que determinan que al menos el 50% de los adolescentes entre 12 y 15 años ha tenido acceso a material con pornografía.
Ante esa situación deberían encenderse las luces de alarma. Hay que preguntarse cómo esa muchacha tuvo acceso a contenidos inadecuados, no se sabe si fue por cuenta propia o porque algún adulto se lo facilitó con el propósito de aprovecharse de ella.
Y la manera que ella encontró para denunciarlo fue a través de sus dibujos, de hecho muchas de las veces los abusos se han descubierto por las creaciones de los niños y adolescentes. Ya existen patrones que los adultos pueden identificar para darse cuenta de que algo anómalo está sucediendo.
Además nos lleva a pensar si será que a su corta edad esa adolescente ya ha mantenido relaciones sexuales y lo único que hizo fue expresar su conocimiento en cuanto al tema.
Pero lo más preocupante es el actuar de las personas adultas del centro educativo que permitieron que esos dibujos se expusieran; peor aún, que los más pequeños del lugar tuvieran acceso a las imágenes.
El deber del profesor de este curso era abordar el tema con la estudiante y de ser necesario llevarla donde la psicóloga u orientadora del centro educativo, debido a que no es muy común que una adolescente dibuje a una mujer y un conejo teniendo relaciones.
Ante este panorama quienes somos padres nos preocupamos porque nos parece que los profesores no tienen la especialidad necesaria para abordar este tipo de temas con los niños y adolescentes.
Los ticos tenemos el deber de poner ojo al Cristo con la pornografía. Muchas personas creen que esta es la única solución ante los problemas ya sean económicos, sentimentales o personales, y ven esas imágenes como una especie de desahogo.
El problema es que los menores al tener una mente tan tierna y ser tan influenciables, esto les puede empezar como algo inocente y terminaría convirtiéndose en una adicción.
