México: el exilio de una Benemérita de la Patria
Tomás Federico Arias Castro*
Con ocasión de la declaratoria como Benemérita de la Patria que la Asamblea Legislativa le acaba de conferir, el 26 de abril, a María Isabel Carvajal Quesada (conocida con el pseudónimo de Carmen Lyra), han surgido una serie de valoraciones acerca de su prolífico derrotero literario, docente, político e intelectual en general.
Pero, de modo paralelo, han sido casi nulas los comentarios acerca de las aciagas circunstancias en que acaeció el fallecimiento de dicha figura emblemática de nuestras letras patrias. Deceso que tuvo como escenario a uno de los países que siempre se ha distinguido como sitio de amistad y protección para los costarricenses: México.
Prolegómenos. Entre el 12 de marzo y el 19 de abril de 1948, Costa Rica se enfrascó en una cruenta lucha fratricida que nuestra historiografía ha denominado como la Revolución del 48.
Así, el armisticio de dicho episodio bélico acaeció en la sede diplomática mexicana en San José, dirigida por el embajador Carlos D. Ojeda. Sitio en que se rubricó el llamado Pacto de la Embajada de México, en virtud del cual, entre otros aspectos, el grupo revolucionario conocido como Ejército de Liberación Nacional asumió el compromiso de respetar la integridad y propiedad de los vencidos.
De modo ignominioso, el pacto de cita fue incumplido. Hecho que originó el encarcelamiento, la confiscación, el escarnio y la persecución de los vencidos integrantes de los partidos Republicano Nacional y Vanguardia Popular. Llegándose incluso a la posterior conformación de entes punitivos ad-hoc conocidos como Tribunales de Probidad y de Sanciones Inmediatas.
El ostracismo. Precisamente, la conocida pertenencia de Carmen Lyra al grupo de Vanguardia Popular fue el factor que determinó su intempestiva salida de Costa Rica. Ya que empezó a propalarse la amenaza de su inminente captura y enjuiciamiento.
Por ello, uno de los principales líderes de Vanguardia Popular, el Lic. Manuel Mora V., le solicitó al citado embajador Ojeda la posibilidad de un asilo político en México para Lyra. Aquiescencia que fue concedida por el Presidente Miguel Alemán V.
El viaje se efectuó el 23 de abril, por un vuelo que salió del aeropuerto de La Sábana en medio de varias ráfagas de ametralladora. Por lo cual el avión tuvo que trasladarse a Panamá para su reparación, de ahí luego a Cuba, hasta aterrizar en México. Periplo en el que Lyra fue acompañada por su correligionaria Judith Ferreto, quien se encargó de cuidarla debido al gravoso estado de salud que la aquejaba como producto de una enfermedad terminal.
La denegatoria. Una vez domiciliada en la Ciudad de México, la vida de Lyra se desarrolló entre la valiosa estancia en dicha metrópoli y el aminoramiento vertiginoso de su salud. Hecho que propició, desde inicios de 1949, una serie de petitorias ante la Junta Fundadora de la Segunda República para que pudiese volver a morir en Costa Rica, pero todas las cuales fueron rechazadas.
Finalmente, su fallecimiento acaeció en la capital mexicana el sábado 14 de mayo de 1949 a los 61 años, siendo velada en la sede de la Confederación de Trabajadores América Latina. Lugar al que se apersonaron figuras como los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo, así como el expresidente mexicano Lázaro Cárdenas del Río.
El regreso. El 20 de mayo de 1949 el féretro de Carmen Lyra ingresó a Costa Rica, sepultándosele el día 22 en el Cementerio General de San José, después de las exequias que recibió en la iglesia de El Carmen.
El inexorable transcurso del tiempo permitió que su impronta fuese revalorizada, dándose la reedición de sus obras por parte de la Editorial Costa Rica, la creación en Puntarenas de la Escuela Carmen Lira (1962), la inauguración, en 1971, de la emblemática Biblioteca Infantil Carmen Lyra (debajo del kiosco del Parque Central de San José), la fundación de la Escuela Carmen Lyra en Alajuelita, su ingreso a la Galería de la Mujer en 2005 y, muy especialmente, el otorgamiento del título de Benemérita de la Cultura en virtud del Acuerdo n.° 1679 emitido por la Asamblea Legislativa de 1976.
*Abogado-historiador, coordinador de la Cátedra Historia Derecho, UCR.
