La enseñanza de Uber es para todos
Ing. Larry Arroyo*
Algo que finalmente ha aterrizado lo virtual y lo ha vuelto cotidiano, es Uber, al punto que hemos visto, como los usuarios expresan su insatisfacción en lo que da pie al libre comercio, que es en principio el derecho de pagar por un servicio que nos satisface. Sin embargo, la queja no cambia la realidad jurídica de nuestro estado de derecho.
A la vez nos encontramos como costarricenses en la situación legal de que los taxis rojos son y siguen siendo los que llevan todo el peso de la ley, tanto en requisitos, pagos por sus concesiones, así como RTV y muchas otras obligaciones que a la vista de los particulares, equivocamente se obvian, pero no por esto dejan de ser una inversión. Todo sin entrar en el tema de los seguros, donde los usuarios de Uber están a la libre y sin respaldo del INS.
La enseñanza de Uber es que debemos mejorar, atacar el problema real que es la satisfacción al cliente, pero además entendiendo que las autoridades competentes deben tomar cartas en el asunto. Es una nueva era, es tiempo de conquistarla como costarricenses, como hermanos.
En España y en Colombia, por motivos laborales, he compartido experiencias con taxistas oficiales y porteadores en el tema Uber, donde se unen ambos bandos en búsqueda de soluciones; pareciendo esto algo sacado totalmente de contexto, es un ejemplo de lo que debemos buscar.
A nivel de ingeniería web se puede crear un CBL (Composite Blocking List) obligatorio dentro del anillo nacional, donde a solicitud de los interesados (taxis y porteadores) se inscriban direcciones IP que de una forma u otra faciliten la regulación de Uber en el país, al cumplir así nuestras autoridades con la obligación de no permitir la fuga de capitales, que aunque nadie la menciona, no por ello deja de ser real.
En materia del usuario las preguntas son más que todo relacionadas al servicio, sabemos que hay que crecer, tomar cartas en el asunto y comenzar a atenderlos como todos ellos se merecen, pero para esto, sin lugar a duda necesitamos no solo el respaldo de las autoridades que definan una política en función del interés público, donde todos (y léase TODOS), entendamos que Internet avanza, que como nación hay valores que debemos proteger y que no es tiempo para que las ovejas sean devoradas.
Pensemos en elementos varios al aire, en todos estos aspectos podemos mejorar, pero el país necesita una seguridad y que además las personas puestas en la cancha tengan realmente conocimiento de como se abordan estos conflictos y no más bien buscar llenar puestos.
En la Internet Profunda se venden listados y bases de datos que pueden en cuestión de días imposibilitar y dificultar un 80% las operaciones de cualquier “APP” no deseada... ¿Hasta cuando ocultaremos la realidad de que sí se puede actuar?
*Consultor en Tecnología de Información
