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Opinión

Editorial

Un evento de la naturaleza puede darse en cualquier momento y en cualquier lugar. Un terremoto, una cabeza de agua o incluso un tornado podrían afectarnos sin que estuviéramos preparados para ello.


Por lo general, cuando esto ocurre y nos encontramos en nuestras casas las personas suelen tener su punto de encuentro. Pero, ¿qué pasa cuando en el hogar viven miembros que por condición de salud no pueden valerse por sí mismas?


Esta es una preocupación que en las últimas semanas se ha venido discutiendo en la Comisión Nacional de Emergencias, la cual busca crear conciencia en la ciudadanía para tomar cartas en el asunto.


Es importante recordar que no todas las personas actuamos de la misma manera en momentos de angustia, como por ejemplo cuando ocurre un temblor de gran magnitud. En este caso, el primer reflejo es ponerse a salvo, pues el instinto de supervivencia es el primero en asomarse. Pero luego la responsabilidad aflora y nos acordamos que alrededor hay personas que dependen de nosotros y a las cuales debemos de asistir.


Tal es el caso de personas con alguna limitación física, así como menores de edad o adultos mayores. Incluso hasta las mascotas de la casa deben ser parte de la conciencia humana para ayudarlas a salvarse, en caso de una eventualidad. Pero hay gente en la que por lo general no se piensa inicialmente y menos nos ocupamos de ellos.


Se trata de aquellos vecinos que viven solos, a quienes de vez en cuando saludamos desde la puerta cuando salimos a pasear o a buscar el periódico.


Es una población cada día más grande de adultos que terminan solos sus vidas y a quienes la sociedad también olvida, especialmente en momentos de una emergencia.


También hay situaciones en donde por las mismas condiciones de las familias deben dejar solos a miembros que tienen algún tipo de discapacidad pero que pueden valerse por sí mismos. No obstante, en el momento de un hecho fortuito de la naturaleza, no van a poder reaccionar de la misma manera como lo hacen quienes tienen todas sus capacidades en condiciones ideales.


¿Acaso no nos gustaría que si nuestros abuelos vivieran solos y ocurriera un sismo fuerte, alguien también se preocupara por ellos y nos ayudara a atenderlos en tanto llegamos?


¿O qué pasaría si fuéramos nosotros quienes estuviéramos en esos zapatos y necesitáramos asistencia?


Eso es parte del llamado que hacen las autoridades, para que como comunidad comencemos a trabajar unidos, como país solidario que somos.


Por eso es importante cuando se realicen planes de emergencia dentro del hogar, no dejar este tema de lado. Probablemente una pequeña acción podría salvar la vida de algún vecino.

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Sábado 25 Octubre, 2014

HORA: 12:00 AM

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