La cuarentena nos ha cambiado la vida, las rutinas, los cuidados y el abordaje mismo de las enfermedades, sobre todo de aquellas que son de larga data, como la diabetes.
Recordemos que la diabetes, que es un padecimiento del páncreas, provoca niveles elevados de azúcar en la sangre, debido a una falla en la producción de la insulina, que es la hormona pancreática responsable de introducir el azúcar a las células.
Entre los síntomas más importantes figuran: orinar frecuentemente, orinar mucha cantidad tanto a lo largo del día como en la noche, razón por la cual se interrumpe el ciclo del sueño, por tener que levantarse a orinar.
Además es frecuente que se experimente mucha sed y mucha hambre, con una paradójica pérdida de peso. También son comunes la fatiga y la irritabilidad.
Conforme avanza la enfermedad se presentan síntomas diversos como visión borrosa, heridas que tardan en sanar, hormigueos o adormecimientos en manos y pies, así como infecciones, ardor, picazón y enrojecimiento en diversas partes del cuerpo, entre ellas los genitales.
La diabetes que no es detectada a tiempo o que es mal controlada tiende a dañar además los nervios y las arterias de muchos órganos, entre ellos los genitales, provocando serios problemas sexuales, tanto en hombres como en mujeres.
Así, en el varón puede producir erecciones débiles, erecciones que se desvanecen, erecciones que ameritan mucho estímulo para conseguirlas o erecciones que requieren largos periodos de descanso para tener un nuevo acto sexual. Además problemas de eyaculación precoz o, por el contrario, problemas para eyacular y pérdida en el deseo sexual.
En la mujer puede dificultar la consecución del orgasmo, disminuir la lubricación, provocar irritaciones vaginales, disminuir el apetito sexual y propiciar el dolor con la penetración.
La diabetes es una enfermedad muy fácil de diagnosticar, un simple examen de sangre en ayunas nos permite detectarla. Desgraciadamente se calcula que en países como el nuestro la mitad de los diabéticos no sabe que lo son.
En la actualidad disponemos de medicamentos que, junto con la dieta, el cuidado personal y sobre todo el ejercicio, nos permiten controlar los niveles de azúcar y evitar las consecuencias nocivas de esta enfermedad.
El problema es que por la cuarentena se han perdido las rutinas de ejercicio, en muchos casos también la disciplina de la dieta, el consumo de medicamentos y hasta el cuidado especial que requiere el diabético, lo que ha condicionado un mal control de la diabetes y por ende un efecto negativo en la respuesta sexual.
Hoy disponemos de diversos sitios de internet que enseñan rutinas de ejercicios que se pueden realizar en pequeños espacios, como la sala de la casa, el jardín, algún zaguán e incluso sentados en una silla o en el suelo.
A pesar del confinamiento es fundamental que sigamos cumpliendo con las dietas, con los medicamentos y con las medidas de cuido personal.
Si se presentan fallas sexuales es importante consultar cuanto antes porque hoy contamos con tratamientos que permiten recuperar el desempeño sexual.
