Los aumentos salariales a futuro serían mínimos debido a la aplicación de la famosa regla fiscal, la cual dice que si sube mucho la deuda no se reconocerá el ajuste por inflación.
Según la Ley para el Fortalecimiento de las Finanzas Públicas si la deuda alcanza un 60% del Producto Interno Bruto (PIB) el gobierno apretará más el gasto en salarios.
Una de las consecuencias es que “no se realizarán incrementos por costo de vida en el salario base ni en los demás incentivos salariales, los cuales no podrán ser reconocidos durante la duración de la medida o de forma retroactiva, salvo para lo relacionado con el cálculo para determinar las prestaciones legales, jubilaciones y la anualidad del funcionario”.
Se trataría de una medida extraordinaria incluida en la Ley 9.635, pero lo más preocupante es que ese escenario no está muy lejos de nuestra realidad actual.
El Ministerio de Hacienda dice en su informe de Marco Fiscal Presupuestario que llegaremos a esa relación deuda-PIB del 60% en el mediano plazo.
Según las estimaciones de la Dirección de Crédito Público, eso podría ocurrir a finales del próximo año.
Si se llegara a esa situación, para el 2022 la regla fiscal aplicaría sobre el gasto total presupuestario, es decir al gasto corriente más el de capital (inversión), y no como ahora donde este último quedó fuera de los recortes y salvó el crecimiento presupuestario.
Rodolfo Cordero, viceministro de Egresos del Ministerio de Hacienda, indicó que ciertamente no habría incremento por costo de la vida. “Solo subiría por la nueva anualidad, pero seguro no superaría la inflación, solo que fuera muy baja”, comentó ante una consulta de DIARIO EXTRA.
Para el exministro de Hacienda, Guillermo Zúñiga, toda esta situación no es más que una “bomba de tiempo”.
Se mostró particularmente preocupado por el crecimiento de la deuda pública y los distintos escenarios que plantea Hacienda.
A criterio del exministro, la única ruta posible es hacer una reforma estructural del Estado e instó al gobierno a empezar a decir cuáles serán esos cambios.
“A mí me gustaría ver esas reformas, esto es como una bomba de tiempo, pero todavía tenemos unos cuantos meses para atenderlo y hacerlo entre todos”, comentó quien estuvo a cargo de las finanzas públicas en la segunda administración Arias Sánchez (2006-2010).
Agregó que esas reformas estructurales, que pueden implicar el cierre de instituciones, deben trabajarse en el marco de un nuevo modelo de desarrollo y no solo por equilibrar cifras fiscales.
“Tiene que ir en función de un nuevo modelo de organización productiva, reactivación y prospección de crecimiento futuro, sino es un parche, no se trata de cerrar por cerrar. Costa Rica está llegando a un momento de quiebre”, señaló.
Zúñiga no cree que el camino sea seguir empujando impuestos a tropezones porque es claro que el problema principal no se está resolviendo.
Cree que es el momento idóneo para plantear un cambio porque el año entrante la situación se va a complicar ante la inminente caída de la economía a nivel mundial.
El exjerarca de Hacienda manifestó que en un escenario donde vemos menor crecimiento económico y mayor endeudamiento, todo es más complejo y quedan menores espacios de maniobra.
“Hoy el espacio está cerrado a diferencia de cuando nos encontramos con la crisis de 2008-2010. El país no está preparado. Ante cualquier detonante internacional no vamos a tener grados de libertad para maniobrar, hay que refundar la República y hacer cambios institucionales profundos ya”, dijo.
ESCENARIOS PREOCUPANTES
Las restricciones al gasto en salarios se harán más fuertes conforme aumente la deuda pública porque ahora hay una ley (9.635) que obliga al gobierno a cerrar la llave.
Imagine que de su salario tuviera que agarrar un 60% para pagar deudas y solo le quedara el 40% para vivir, eso es más o menos el escenario que enfrenta el país.
• Las estimaciones apuntan a que la relación deuda-PIB superará el rango del 60% posiblemente a finales del 2020.
• En un escenario de mayor desaceleración económica y un mayor gasto en intereses se dice que la relación deuda-PIB podría alcanzar el 75,8% al 2023.
• Ya para el 2024 la deuda entrará en su punto de inflexión y tenderá a la baja hacia niveles sostenibles en el largo plazo hasta alcanzar en el 2040 una relación deuda-PIB del 66,7%.
Fuente: Ministerio de Hacienda
PERIODISTA: María Siu Lanzas
CRÉDITOS: Fotos: Randall Sandoval
EMAIL: [email protected]
Jueves 12 Septiembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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