La Sabana, San José – Dar forma a una crónica de un concierto de Joaquín Sabina ante 15 mil personas y que la misma salga perfecta, es una tarea bien difícil, pues “El Flaco” es impredecible en el escenario. Describir un show suyo al pie de la letra es complicado, entonces solo hacemos un esfuerzo para acercarnos a esa maravillosa realidad, la misma que enamora y pone como locos a sus fans. Sí, más de 15 mil almas asistieron al show del español en su tour “Lo niego todo”. Salieron más que felices el miércoles tras una presentación sublime del ibérico y, como es su costumbre, no escatimó en hacer reír y poner al público a reflexionar con sus parlamentos y las letras de sus canciones.
El poeta tomó su varita mágica y en pocos minutos logró que los ticos nos olvidáramos por un momento de la política (el pleito de los Alvarado por ser presidente) e incluso del fútbol (la goleada del América de México al Saprissa), todo gracias a ese maravilloso repertorio que son himnos de cantina, canciones para veladas de sexo apasionado o reuniones de amigos hasta el amanecer. En Costa Rica “El Flaco” es amado, casi idolatrado y al parecer es recíproco.
Pasada esta introducción, debemos reconocer que Joaquín Sabina y sus inseparables músicos, (algunos les dicen escuderos, como Pancho Varona) fueron recibido con una fuertísima ovación.
El público se desbordó y desordenó el mapa de sillas y pasillos, ante la ola armada con Huawei y Samsung. Todos disparaban sus cámaras a más no poder. Un tumulto creó Sabina entre la fanaticada.
El Estadio Nacional recibió así al español más querido en nuestro país de los últimos tiempos. Sus canciones rápido se clavaron como dagas. Arrancó con "Lo niego todo" sobre la cual al final expresó: "lo que no puedo negar es que Costa Rica es un país generoso". Otra de sus frases "cuando uno suma años el problema es que se mueren los amigos y acá se me murió uno, Juan Carlos ´El Gigante´. Otra para matizar; "a mis 69 años al fin soy lo que soñé desde niño; ser un viejo verde”. Más, "me encantó cantar en el Metro lejos de fregar platos o escalones. Aprendí a tocar la guitarra y a tocarle el culo a las chicas, todo tras la muerte de Franco. Empecé tocando rock en Londres y a la par de dónde estaba cantando, estaba un grupo de rock en español llamado Los Alarma. Buenísimos, los mejores que he escuchado".
Agregó "lo malo de las giras siempre es estar lejos de casa, pero yo hoy no estoy lejos de casa. Mi familia son los que están detrás de mí, los que se emborrachan conmigo".
Cuando llegó “Por el boulevard de los sueños rotos” recordó a la desaparecida Chavela Vargas, la tica rebelde radicada en México que falleció hace algunos años. Sabina nunca la olvida, pues tomaron licor juntos y cantaron al calor de un cigarrillo y algunos tragos.
"Se puede ser tico y mexicana, así como yo soy tico y español ". Mas anécdotas "Me fui a comer en México con Gabriel García Márquez. Gabo ya estaba malito y me dijo; ya no me hago ni caso".
Así fueron pasando “19 días y 500 noches”, “Y sin embargo”, “La del pirara cojo” y quizás su tema más popular en Costa Rica, “Y nos dieron las 10”.
Otros temas como “A la orilla de la chimenea”, “Seis de la mañana”, “Noches de boda”, “Princesa”, “Contigo” y “Pastilla para no soñar”, pusieron a todos a cantar y aplaudir.
PERIODISTA: Ariel Chaves González
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Viernes 09 Marzo, 2018
HORA: 12:00 AM
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