Si el fútbol fuera un deporte de merecimiento, los tres puntos de ayer en el Juan Gobán habría que sumárselos a Limón FC. Por actitud, porque llevó el peso del partido -principalmente en la segunda mitad-, porque no dio una bola por perdida, y porque se animó más a buscar el marco rival.
Pero el deporte rey se mide por goles, no por las ocasiones a gol que se fabrican. Por lo tanto, la Tromba del Caribe se tiene que conformar con un puntito que le sabe a poco al meter contra las cuerdas a un Herediano que nuevamente hizo aguas en su zona defensiva.
El 2 por 2 es un marcador ingrato para un Limón que apostó por ganar, en cambio, le permite al Team evitar un trago amargo con un gol sobre la hora.
VISTOsO
El juego en la grama del reducto verdiblanco inició explosivo, con dos escuadras volcadas al ataque, con el marco rival en el punto de mira. A los 12 minutos las dos oncenas tenían en la cuenta varias oportunidades claras a gol.
El campeón nacional fue el primero en insinuarse con Lucas Colitto. El argentino, que jugó de 10, recibió un pase al espacio de Víctor Núñez que estrelló en Donny Grant.
La respuesta de los locales se dio dos minutos después con Greivin Méndez, quien perdonó a Adrián De Lemos. El mismo Méndez al minuto 10 remató fuerte, pero De Lemos evitó la caída de su marco. Un minuto después Donny le negó el gol al “Mambo”, y al 12’ Salazar la pegó en el palo.
Luego el juego entró en un impás hasta que Núñez abombó las redes para poner a ganar al Team. “Mambo” se tiró de volea para pegar un centro de José Sánchez (0-1 al 22’).
Limón echó todo lo que tenía, disimuló con agallas sus falencias y encontró en las piernas de Marvin Esquivel el motor que jalara del carruaje. El volante se soltó de la posición de contención para hacer de enganche y de creativo. Fue el peón que mantuvo de pie a la Tromba. Tan así que al minuto 33 soltó un riflazo de pierna derecha para poner el 1-1, merecido para un combinado limonense que aprovechó sus argumentos para mandarle un aviso al campeón nacional.
MERECIÓ MEJOR SUERTE
En el complemento Limón tuvo una mejor lectura de juego y poco a poco fue arrinconando al Herediano en su marco, hasta que lo golpeó con el gol de Jemark Hernández (83’). El zaguero de cabeza le dio una cachetada a los rojiamarillos que parecía definitiva.
El gol era un premio para un conjunto local al que las variantes lo hicieron más fuerte, y que empujado por la alegre fanaticada tomó un segundo aire. Contrario al equipo de Hernán Medford, que se le veía muy pasivo, casi sin ánimo. Por más ajustes que hizo el DT rojiamarillo, su equipo no salía del letargo con el que llegó de los vestidores.
Pero en el fútbol nada está escrito, y cuando los limonenses esperaban el pitazo final, Jonathan Hansen cerró un centro de Elías Aguilar para colocar el definitivo 2 por 2.
