¿Es urgente el arbitraje en las pymes?
Yelena Piedra Matsenko
Las pymes conforman un importante porcentaje de impulsor en el incremento y distinción del sostén de la economía costarricense. Desarrollan el 95 % del parque empresarial del país y un 77 % se encuentra ubicado en el Valle Central. Esto evidencia la huella positiva en cuanto a la creación de empleo, productividad, competitividad entre otros.
La variación para realizar negocios, efectuar procedimientos, y de resaltar en el mercado competitivo han acoplado a las pymes a cambios de mayor eficiencia, avalándose en la tecnología e informática.
En un mundo cada vez más competitivo se unifican cada vez más la soberanía, la economía, y el Derecho.
Las controversias conforman un sector de la realidad común de las pymes, en particular las disputas de aspecto mercantil y contractual, cuya solución se ha ido resolviendo en vía tradicional judicial. La acertada elección del sistema judicial para resolver conflictos que a este se le presente, es uno de los principales elementos de la prosperidad de una pyme.
La vía tradicional judicial ha impactado de manera negativa al desarrollo de las pymes. Debido a una ineficiencia judicial, en cuanto a exagerados retardos, altos costos, sistema lento, hacen que esta vía judicial tradicional no sea una alternativa atrayente para las pymes en resolver sus controversias.
¿Vale la pena optar por la vía del arbitraje? El sector del arbitraje no es una novedad. Consiste en un mecanismo alternativo en el que un tercero (el árbitro), soluciona la controversia dictaminando un laudo, que equivale a una sentencia firme, o sea de cumplimiento obligatorio.
Asimismo, el arbitraje es una opción adecuada puesto que otorga rapidez, confidencialidad (algo que no acontece en la vía tradicional judicial), menor coste a la larga, especialización de los árbitros y se halla gran elasticidad en donde las dos partes involucradas en la controversia tienen la alternativa de convenir las condiciones del proceso arbitral. Se encontrará una solución más rápida, ya que un proceso arbitral puede durar seis meses (“Fast Track” llamado así el proceso) mientras tanto, en comparación con la vía judicial tradicional, dura más de tres años.
La trascendencia de contar con un sistema de justicia eficiente radica en impulsar el avance y la inversión de la economía costarricense, favoreciendo a las pymes, que son un mecanismo fundamental y vital para coadyuvar en el progreso, de manera que se torna urgente la necesidad de optar por la vía del arbitraje para las pymes en Costa Rica.
*Licenciada en Derecho
