“Solo nos queda agradecer a quienes colaboraron en mi búsqueda y a estos dos oficiales que son héroes, decirles que Dios los bendiga por siempre”.
Así empezó el estadounidense Marck Steven Lyons su relato tras recuperarse en un centro médico luego de estar desaparecido varias horas en las montañas de Carara, al ser parte del pelotón que inició la Ruta de los Conquistadores, considerada una de las pruebas de ciclismo de montaña más extremas del mundo, que se realizó la semana pasada del Pacífico Central al Caribe.
Este martes en horas de la mañana tenía una cita que realmente marcaría mi vida. En el tercer piso de un hospital privado, en la habitación 317, sonriente como siempre, con esa gran energía y acostado llegue a conocer a Marck, después de colaborar y poner ese granito de arena en su rescate.
Gracias a mi trabajo y al de la Fuerza Pública de Turrubares logramos dar con el norteamericano extraviado en las montañas de Carara.
El pasado viernes en horas de la tarde le pasamos el dato al capitán Alexander Rodríguez Rodríguez, jefe de la delegación de Turrubares, quien creyó en nuestra alerta.
Le dimos la explicación y la ubicación, sin pensarlo dos veces junto a un compañero a las 2 p.m. se adentraron unos 30 kilómetros en la montaña y el instinto de salvar vidas los llevó hasta el ciclista a las 5:15 p.m.
El estadounidense estaba un poco deshidratado, sin zapatos y golpeado, pero vivo. Su versión es que una cabeza de agua en el momento que cruzaba el río Carara lo arrastró y no pudo hacer nada, y pasó la noche entre la fría montaña.
El oficial indica que lo abrigaron y lo montaron en un cuadraciclo, trasladándolo hasta Lagunas, unos 15 kilómetros una patrulla de socorristas de Orotina los topó y valoraron a Lyons, quien fue trasladado hasta la sede de ese cantón alajuelense para remitirlo a un centro médico.
Con un apretón de manos empezó a comentar cómo fue el rescate y cómo el oficial Alexander Rodríguez y su compañero dieron con él. Marck no podía creer que los oficiales lucharon contra el mal tiempo y el camino para encontrarlo, entre sonrisas y los ojos llorosos me contó su historia.
“Yo soy amigo de Román (organizador de la carrera), hace varios meses me llamó para invitarme y con mi familia decidimos que yo competiría. El día de la salida en Herradura estaba muy emocionado, a pesar de que no conocía la ruta.
Empecé, todo venía muy bien, traía un buen ritmo, entre la montaña me rezagué del grupo de competidores, ya que había partes muy duras, cuando llegué al río empecé a cruzarlo y de un momento a otro el caudal subió y el agua me arrastró unas 3 millas.
Yo solo solté el cuerpo, la bicicleta la perdí, hubo un momento en que pensé que no iba a salir del agua, ya que la corriente me hundía mucho, me sentía agotado pero logré salir.
No sabía dónde estaba, me sentía muy débil, empezó a llover mucho y ya estaba oscuro, traté de buscar el camino pero estaba muy adolorido y agotado, la noche cayó y me recosté a un lado del río.
Había muchos insectos (como cucarachas gigantes), se escuchaban ruidos extraños, realmente llegó un momento en que pensé que no me iban a encontrar.
Al amanecer empecé a caminar pero me sentía débil, no había tomado agua y tenía mucha hambre, me volví a sentar y ya casi en la oscuridad de la tarde escuché un ruido de motor y unas luces, fue cuando dos oficiales de la policía me rescataron.
Sentí una gran alegría, ya que estaba muy preocupado de no saber cómo salir de ahí, ellos me abrigaron y me montaron en un cuadraciclo y más adelante unos jóvenes de la Cruz Roja llegaron. Estaba cansado pero muy satisfecho, todos me tomaban fotografías y me hablaban, yo no entendía nada, ya que solo hablo inglés.
Hoy aquí viendo que me enseñas las fotos de mi rescate solo digo 'gracias a todos los que me ayudaron y gracias a ti por avisarles a tus amigos que llegaran a la montaña. Todos son unos héroes”, narró.
Entre agradecimientos le pregunté si volvería a hacer la Ruta de los Conquistadores y sonriendo dijo: “No lo he pensado todavía, pero por ahora mejor no”.
Marck será dado de alta hoy y se trasladará a una playa del Pacífico Central con su familia por unos días y la próxima semana partirá a Colorado.
A las 11:35 a.m. con un gran abrazo y la foto de recuerdo me despedí de un nuevo amigo que gracias a Dios hoy está vivo. Con las pocas palabras que aprendió en español Marck dijo: “Muchas gracias. Chao”.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Alex Brenes / Corresponsal
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Miércoles 11 Noviembre, 2015
HORA: 12:00 AM
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