Las verdades del Saprissa
Juan Carlos Rojas
Resulta oportuno y necesario efectuar unas precisiones a propósito del contenido del Editorial del día 28 de octubre, el cual fue escrito sin contar con todos los elementos de juicio necesarios para evaluar de forma correcta la gestión de Horizonte Morado.
Primero, hay que ser objetivo y aceptar que se han cometido errores. Ingenuo sería no admitirlo. Pero con esa misma objetividad es justo analizar de manera integral los avances de la institución durante este tiempo.
Y para esto hay que partir del contexto y realidad del Saprissa en 2011 cuando entró Horizonte Morado. Saprissa venía de un penúltimo lugar en el Torneo de Invierno 2010, la peor presentación en la historia de nuestra gloriosa institución. Había una base amplia de jugadores llegando al final de su carrera, y los llamados a sustituirlos se habían marchado a Europa -prácticamente había que empezar un proceso de cero-. Teníamos un estadio en estado vergonzoso, con huecos en los techos, iluminación deficitaria, sillas rotas, cancha desgastada... Financieramente, no se sostenía sola, y dependía de manera preocupante de los ingresos por venta de jugadores.
Además, existían contingencias gigantescas que se habían acumulado a raíz de malas prácticas administrativas. En fin, era una situación lamentable, alarmante y muy compleja, que ameritaba una titánica reconstrucción integral de una institución en serios problemas. Sumado todo esto, parecía casi una locura para un tercero asumir tal magnitud de reto financiero, deportivo y reputacional.
Con esto no quiero despreciar la valiosa contribución de don Jorge Vergara, quien al inicio de su gestión llevó al Saprissa a obtener históricos logros deportivos, pero esto que describí anteriormente es lo que en 2010-2011 encontró Horizonte Morado.
Entonces, a pesar de ser una decisión muy arriesgada y aventurada, a mediados de 2011 Horizonte Morado adquirió el 70% del Saprissa. Claramente la motivación de un grupo de empresarios exitosos, de bajo perfil, no era financiera: todo lo contrario, se sabía que se iba a requerir inyección de capital y asumir grandes deudas y contingencias. Lo hicimos por amor al Saprissa y para proteger y potenciar el legado de don Ricardo.
A los que dicen que Horizonte Morado está en esto por el dinero, están absolutamente equivocados; para eso hay muchos otros negocios más rentables y menos complicados en los cuales invertir. No, no era un tema financiero -los socios entraron en esto para cambiar la manera tradicional de operar un club de fútbol, para limpiar la institución y sentar las bases para nuevamente llenar las vitrinas de trofeos, de una manera sostenible, ética y responsable-. En su esencia, entramos en esto por un profundo amor por los colores morados.
Cuatro y medio años después, el camino hay sido rocoso y minado en muchos aspectos, pues los retos han sido mayores y los ataques externos han sido incesantes. Pero nadie, nadie podría de manera sensata decir que hoy el Saprissa no está mejor que en 2011.
¿Que quisiéramos haber tenido más éxito deportivo a estas alturas? Pues claro que sí, en eso no hemos alcanzado todo lo que anhelábamos -queremos mucho más. A pesar de que hemos ganado 2 de los últimos 3 campeonatos (esta frase casi suena ficticia leyendo muchos de los recientes ataques hacia el club), sabemos que eso no es suficiente. Pero nos enorgullece que hemos transformado totalmente el Estadio Saprissa, a nivel de infraestructura y experiencia para el aficionado. Nos enorgullece haber duplicado el promedio de asistencia al estadio y haber sido el equipo más taquillero durante este tiempo. Nos enorgullece haber cumplido uno de los sueños de don Ricardo de contar con un Centro de Entrenamiento, en proceso de expansión, en donde además se le dan lecciones académicas a nuestros jóvenes futbolistas para que salgan graduados de bachillerato. Nos enorgullece dedicarle un porcentaje de las taquillas a nuestra Fundación, la cual se enfoca principalmente en mejorar la vida de niños y jóvenes… Nos enorgullece que Saprissa siga formando jugadores exitosos que puedan cumplir grandes sueños de trascender internacionalmente.
Y claro, nos enorgullece mucho que, con base a esfuerzo, orgullo y recursos, le estemos haciendo frente a la montaña de deudas, contingencias, obligaciones y responsabilidades que bajo otras circunstancias pudieron haber hundido esta gloriosa institución.
No voy justificar errores o dar excusas. Pero sí voy a ser transparente y enérgico en decir lo que se tiene que decir. Sé que cuesta analizar con cabeza fría la gestión de Horizonte Morado a las puertas del marcador en México. No puedo negar sentir una gran frustración por eso; pero hoy las bases están cada vez más sólidas y el Plan Estratégico Saprissa 2020 avanza por buen camino. Se están haciendo cosas que nunca antes se consideraron para el fútbol de este país, y eso me enorgullece. Deportivamente, grave error sería subestimar a Saprissa. Hemos tenido momentos peores y nos hemos levantado con gran fortaleza, y esta no será la excepción.
