Dos sicarios guatemaltecos serían los encargados de asesinar al abogado Roy Ching Leitón minutos después de salir de la cárcel de San Sebastián tras entrevistarse con dos privados de libertad, acusados de narcotráfico y estafa.
La víctima de 65 años había conversado este jueves con los reclusos Lester Román Pastrán y Cyrus Peter, quienes descuentan prisión preventiva; revisó expedientes y charló con sus clientes sobre su situación jurídica.
Posteriormente salió del centro penal, cruzó la calle y fue a sacar unas fotocopias a un negocio ubicado al frente, donde presuntamente habría visto algo extraño que lo asustó, canceló el trabajo y se marchó rápido.
Ching dejó su celular y parte de lo que andaba sacando en el local, se montó en un taxi placas TSJ 5573 y se marchó, metros más tarde recordó que había dejado botado su aparato, sin embargo no quiso devolverse, a pesar de que era parte de su trabajo.
Al parecer el ahora fallecido se dirigía a San Pedro, pese a que su oficina está ubicada a dos cuadras del edificio central del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), donde llegaron los oficiales y sellaron con cinta amarilla el inmueble para posteriormente decomisar los expedientes.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA en su edición de ayer, el hombre fue alcanzado por la muerte a las 2:15 p.m. en las cercanías de la rotonda de las Garantías Sociales, en Zapote, cuando el carro se detuvo momentáneamente y un Mitsubishi 4x4 negro se acercaba de manera sigilosa.
Luis Ávila, subdirector del OIJ, manifestó que el pistolero llegó caminando.
“Un hombre se aproximó caminando y le disparó en al menos 8 ocasiones con un arma calibre 9 mm, luego se retiró y presumimos que un carro lo estaba esperando. La víctima manejaba varios casos de narcotráfico, unos están detenidos y otros bajo investigación, el taxista que lo llevaba era de su confianza, es un caso atípico”, explicó.
LLAMADA MISTERIOSA
Fuentes cercanas a la investigación comentaron que Ching había recibido hacía un mes una llamada de un sujeto vecino, al parecer de Santa Ana, que estaba acusado por narcotráfico y ahora mantiene a los investigadores enfocados en esa conversación.
Presuntamente el comunicado fue contundente, por lo que la víctima quiso aclarar pero supuestamente se le venció el plazo que le habían dado a su cliente.
Trascendió que el abogado lo había sacado en primera instancia de prisión y luego lo volvieron a meter tras un supuesto tumbonazo de 100 kilos de cocaína que pertenecían a unos mexicanos, quienes amenazaron con cobrar venganza.
Esta gente habría contratado unos sicarios guatemaltecos para que cobraran venganza por lo ocurrido, sin embargo pudieron haber liquidado a quien defendía a los involucrados en el robo de la galeta, versión que estudia el OIJ.
AMPLIA CARRERA
Ching fue juez en Limón y San José, abogado de Migración y últimamente se desempeñaba como penalista, tenía el carne 2091, estaba incorporado al Colegio de Abogados desde el 12 de marzo de 1980 y no tenía procesos disciplinarios.
Este prestigioso abogado llevaba casos sonados como el de un grupo de falsificadores de habanos, representaba a uno de los hombres más buscados en el país, conocido como “Pelleja” y su papá, quien se encuentra actualmente en prisión.
Además en un juicio defendía médicos acusados de la venta de órganos y de un norteamericano acusado de estafa, con quien estudiaba los 14 tomos del caso y en estos días le tenía una respuesta.
Trascendió que era un litigante que ponía en libertad a sus clientes, por lo que el prestigio en la cárcel había crecido; no tenía amenazas, ni andaba guardaespaldas, pues no tenía que esconderse de nadie.
DESDE PRISIÓN
La policía no descarta que la orden de liquidar a Ching provenga de prisión de donde lo esperaron al menos una hora a que saliera, luego lo siguieron hasta que los pistoleros vieron el momento idóneo para dispararle ante la mirada de mucha gente.
Este profesional vivió mucho tiempo en Limón donde reside su familia y se desplazaba en su vehículo personal, sin embargo un desperfecto mecánico hizo que lo llevara al taller y acudió a un amigo de apellido Navarro que llamaba cada vez que necesitaba hacerlo en taxi.
Una de las hipótesis de manejan las autoridades judiciales es que los asesinos pudieron pensar que a Ching le pagaron con la droga robada, lo cual no fue verdad, así lo aseguró un amigo y colega cercano que agregó cobró con dinero.
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CRÉDITOS: Fotos: Isaac Villalta y David Barrantes
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Sábado 03 Octubre, 2015
HORA: 12:00 AM
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