Se acabó la incertidumbre para la familia Espinoza Vásquez, ya que el río Sarapiquí les regresó el cuerpo de la pequeña Yusleidy, de 3 años, quien se encontraba extraviada desde el domingo 27 de setiembre.
Transcurrieron tres días desde la última vez que se logró ver a la pequeña a la orilla del río. Miembros de rescate de Cruz Roja sumaron aproximadamente veinte horas de esfuerzos para intentar dar con el paradero de la menor, pero cada minuto que pasaba la angustia crecía al pensar que no aparecería. Eso se mantuvo hasta ayer por la tarde cuando se logró identificar el cadáver de la pequeña en el sector conocido como Quebrada Arbolitos.
El cuerpecito se encontró a casi una hora de camino desde el lugar donde se habría ahogado y fue gracias al aviso de Elián García, poblador de la zona, que se dio la alerta de que había un cuerpo flotando a eso de las 12:50 p.m. De inmediato los padres de la menor fueron trasladados en una balsa hasta el lugar indicado, el recorrido por el río fue tenso, en sus caras se reflejaba la tristeza por la perdida de su hija y que la iban a poder ver de nuevo pero ya sin vida. Ya en el muelle de la comunidad de Arbolitos el llanto y la tristeza afloraron, al identificar el cadáver.
Más de 35 cruzrojistas, vecinos, y amigos, se unieron para ayudar a la familia de la víctima a cerrar este amargo capítulo de búsqueda desesperada.
Las malas condiciones del clima complicaron la tarea ya que el agua se mantuvo turbia y la corriente ponía en riesgo a los participantes del rescate.
“Entendíamos la inquietud de los familiares, sin embargo debíamos ser conscientes de que realizamos nuestro mayor esfuerzo, buscando además la seguridad de las personas que colaboran en la búsqueda. Agradecemos a los vecinos y familiares que apoyaron nuestro trabajo”, expresó Guillermo Arroyo, director nacional de Socorros y Operaciones de la Cruz Roja Costarricense.
Para culminar este operativo fueron necesarias cuatro embarcaciones para río, divididas en dos grupos desde Finca Hanzell Rodríguez hasta el puente de Puerto Viejo de Sarapiquí, y otro hasta la desembocadura en el río Sucio.
El dolor de los parientes era evidente, sin embargo un consuelo llenaba su corazón al saber que podrían darle sepultura a Yusleidy.
Las autoridades solicitan a los adultos estar al pendiente de los niños cuando van de paseo a zonas de riesgo ya que un descuido o la debida vigilancia pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
