El lucrativo negocio del tráfico de armas pareciera estar asentado en nuestro país, luego de que las autoridades del Ministerio de Seguridad realizaran una investigación donde se encontró que 2.543 inscritas no fueron ubicadas.
Además se analizaron 97 empresas, 33 no se encontraron en las direcciones que habían reportado y cuando se llegó estaban otros negocios, como una panadería y hasta una funeraria, que no tienen nada que ver.
A la fecha se contabilizan 1.501 compañías registradas, de las cuales sólo 539 están debidamente inscritas, sin embargo se tiene conocimiento de que esas armas están en manos de organizaciones criminales de Panamá, por lo que alertaron que los decomisos realizados en las calles son de Costa Rica.
Gustavo Mata, ministro de Seguridad, viajó este lunes a ese país para conversar con su homólogo de la problemática que ambos viven.
“Investigamos a lo interno para ver cuántas empresas están al día y se hizo un muestreo para inspeccionarlas en la calle, y nos sorprendió que existen otros negocios que burlan el sistema.
Nos preocupa la situación, hemos visto que son utilizadas en robos y homicidios, no sé si las vendieron a otra gente o robaron y no denunciaron y están circulando en Panamá”, explicó. Mata agregó que existe un desorden de las entidades en el cuido de las armas, por lo que seguirán supervisándolas y si están irregulares las cerrarán.
MENOS ARMAS,
MENOS CRÍMENES
La policía ha decomisado más de 20 subametralladoras, 596 rifles y carabinas, además de fusiles de asalto, entre ellos AK-47, los cuales son enviados al Arsenal nacional para su posterior destrucción.
Las autoridades estiman que al menos el 70% de los asaltos y robos son cometidos con armas de fuego, casi siempre ilegales. Lo mismo sucede con los homicidios, de allí la importancia de este tipo de incautaciones y la posterior destrucción de miles de pistolas decomisadas, donde Costa Rica es hoy en día líder en el istmo y ejemplo para el mundo.
Trascendió que las armas preferidas son calibre 9 mm y la 38 que en su mayoría son utilizadas por sicarios por su fácil manipulación y ocultarlas tras el crimen, donde se mueven en motocicleta.
Su precio es barato y fácil de obtener, según fuentes cercanas en La Carpio venden hasta granadas a un precio de ¢20 mil la unidad.
TICOS VÍCTIMAS
El trasiego de armas de guerra y pertrechos militares producto de los conflictos bélicos en los países vecinos, han fortalecido el mercado negro en el país. Pese a ser prohibidas por ley, se provee a la mayoría de delincuentes y son utilizadas para cometer gran parte de crímenes y actos delictivos en suelo nacional.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en zonas de conflicto o revoluciones internas quedan flotando en el ambiente armas militares por un periodo no menor de 50 años posteriores al hecho. En otras palabras, muchas de las armas del conflicto interno en Nicaragua, en los 80, existirán en las cercanías de nuestro país hasta el año 2030.
