Los papás que imponen la autoridad en su casa y ante sus hijos deben desaparecer para dar paso a progenitores que alcancen acuerdos con los menores.
Este es el mensaje que el patronato nacional de la infancia transmite, a través de su programa academias de crianza, a los padres de familia del siglo XXI.
“Quienes ahora somos padres, fuimos criados bajo otro paradigma, en el que se utilizaba mucho las humillaciones y los castigos físicos. Ahora, los niños son más inteligentes, reciben más información vía virtual y por otros medios, y, como padres, debemos adaptarnos a los tiempos”, explicó Laura Chinchilla, psicóloga del PANI.
Para la institución, los niños deben ser respetados y, por lo tanto, el hecho de que los padres se impongan, los vuelve sumisos e incluso, temerosos de cuestionarles en las diferentes situaciones.
“En estos casos es que vemos niños que crecen ansiosos, hiperactivos y con otras condiciones, debido a los gritos en su casa”, comentó Chinchilla.
Según la experta, en un momento de cólera por un problema con el menor, los padres deben calmarse y respirar, para luego conversar, escuchar, explicar y llegar a acuerdos.
ENFRENTAR
CONSECUENCIAS
El PANI le apuesta a que, en vez del castigo, los menores enfrenten las consecuencias de sus actos. Esto incluye que los padres le priven de algún disfrute producto de una acción indebida.
“Al final, lo que se busca lograr es que los niños y los adolescentes midan las consecuencias de sus acciones antes de hacerlas y que se abstengan de ese tipo de acciones”, dijo Chinchilla.
La experta indicó que cada padre puede marcar los límites que desee en su casa, conforme a sus valores, siempre y cuando ambos progenitores estén de acuerdo y sean consecuentes con lo que establecen.
La academia de crianza del PANI ha atendido en total a 1.500 familias.
