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Deportes

Una medalla de oro ganada con el corazón

Herediano sorprende al vencer en dorso

  • Heiner Monge levanta sus manos en señal de victoria

  • El atleta espera ansioso en el podio para recibir su presea dorada

Los Ángeles. -Su papá es mecánico, su mamá ama de casa, viven en una pequeña casa en la provincia de Heredia, Heiner Monge, por su parte, es un medallista olímpico en los Juegos Mundiales que reclama la primera página de esta historia después de ganar la segunda medalla de oro para Costa Rica en 25 metros dorso.

 

La primera le pertenece a Amanda Cernas, la triatlonista que ganó junto a otras dos ticos en el deporte multidisciplinario el domingo anterior.

 

El nadador de 31 años aprendió esta técnica en los últimos doce meses con el acompañamiento de su entrenadora Patricia Salazar.

 

“Me sorprendió con esta medalla porque es uno de los atletas mas especiales, aunque uno siempre espera que superen la marca por segundos, ellos son ganadores desde que se lanzan al agua o desde que llegan aquí para competir”, detalla su entrenadora.

 

El nadador cuenta, a través de gestos y sonidos, que de su cuello cuelga el oro, Monge padece Síndrome de Down, sin embargo eso no le impide saltar de alegría y casi llorar cuando una voz en inglés lo nombró como el mejor nadador en los 25 metros dorso, superando a indios, irlandeses e ingleses.

 

Para su entrenadora, la ayuda que ha recibido de sus padres ha sido fundamental. Desde hace seis meses Patricia ha seguido la evolución de Monge de cara a los Juegos, en los últimos tres meses se han reunido con más intensidad para corregir la técnica del deportista.

 

David Hernández, asistente de Patricia, comenta que Heiner es muy educado, ordenado, sigue las instrucciones, casi nunca da problemas y es cariñoso.

 

Así lo demostró cuando bajó del podio con la medalla al cuello, mientras besaba y abrazaba a su entrenadora, le repetía que la amaba y ambos lloraban bajo el terrible sol californiano.

 

Monge es uno de los beneficiados del Programa de Olimpiadas Especiales en Costa Rica,  recibe atención diaria y además de los deportes recibe clases, su capacidad de comunicación es limitada pero su sonrisa revela un alma noble, como muchas en las competencias, algunos tienen idea de que llevan oro, otros no, pero se toman de la mano en los podios porque están felices de compartir en este escenario.

 

Después de su llegada, Monge empezó a saludar en inglés, su entrenadora insiste que habla poco, pero aquí hasta se ha hecho bilingüe.

 

Monge inició desde el domingo en pruebas preliminares de medición, esta dinámica permite a los jueces registrar de manera individual los tiempos de cada uno de los muchachos basados en el reporte que previamente envían sus respectivos entrenadores para ubicarlos con atletas que tengan la misma capacidad.

 

“Lo más importante para mí es que ellos tengan experiencias gratificantes que no pueden sentir porque viven en una sociedad que los margina, ellos sientes frustración cuando ven que hay niños que pueden hacer algunas cosas y ellos no, por eso es que el deporte les da oportunidad de hacer amigos, no importa si llevan medallas, ellos aunque terminen de último levantan las manos y celebran, porque eso los hace feliz”, expresó Salazar.

 

Heiner sonríe nuevamente mientras ve la libreta en la que reconoce su nombre, aplaude y levanta las manos en símbolo de victoria, solo que esta vez no solo significa que llegó, también que ganó oro contra todos los pronósticos.

 

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Martes 28 Julio, 2015

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