En los primeros seis meses del 2015, el sistema penitenciario nacional ha recibido casi 4.500 personas por distintos delitos, de los cuales el 70-75 por ciento son personas de primer ingreso, según informa a DIARIO EXTRA Reinaldo Villalobos, subdirector de Adaptación Social, lo cual considera es una bomba de tiempo para la sociedad.
“Es una bomba por la situación que enfrentarán estas personas cuando tengan que enfrentar a una sociedad que no tolera a quienes hayan estado en prisión”, refirió Villalobos.
“O sea, desde un punto de vista sociológico es mortal a nivel de empleo y de los elementos básicos de desarrollo pleno en una sociedad, porque una persona para desarrollarse plenamente debe hacerlo en el ejercicio pleno de todos sus derechos y usted va a tener limitaciones para ejercer un trabajo, porque estuvo en un momento determinado en la cárcel, porque no había otra forma de resolver la situación”, añadió. Muchos de estos nuevos ingresos son por prisión preventiva, pero también los hay por haber caído en flagrancia o porque se sometieron a procesos abreviados, y prácticamente llegan sentenciados al sistema penitenciario.
Y más grave aún, según explica el subdirector, es que la gran mayoría de estas personas son jóvenes, de entre 18 y 26 años, quienes pronto deberán enfrentarse a lo que ya señalamos como una sociedad que no soporta a exconvictos.
Más allá de los nuevos ingresos, preocupa que en promedio 500 personas han sido encarceladas durante los primeros seis meses del año “y podrían ser más”, según señaló Reinaldo Villalobos.
Así, de esas 500 personas ingresadas por mes, 350 son de primer ingreso, son nuevos en el sistema penitenciario y más que eso jóvenes.
Para conocer las razones, el subdirector de Adaptación Social señala que “uno debería irse al Informe del Estado de la Nación en cuanto a desempleo, subempleo, deserción escolar, porque además hay datos de que la mayoría de esas nuevas personas que nos ingresan son entre 18 y 26 años, son jóvenes y la gente no sabe la bomba que eso va a ser desde el punto de vista sociológico.
No saben que más adelante estas personas que ingresan a prisión, pues obviamente van a tener sus consecuencias a la hora de tratar de conseguir empleo”, subraya.
Es por todo esto que se insiste en dotar a los jueces de otras herramientas que les permitan resolver estos conflictos, pues como ya hemos publicado, e insiste Villalobos, “hay que dimensionar qué conductas merecen una sanción tan drástica y gravosa, como es la pérdida de la libertad, eso es lo que hay que entender. Y si todas las personas que son señaladas con un delito, o que se les acuse de un delito, deben ir necesariamente a prisión durante el tiempo que dure el juicio”, concluye.
Al conocer estos números no queda más que preocuparse, pues es la sociedad costarricense la responsable, con la desigualdad y la falta de oportunidades, la que crea el problema, y lo está resolviendo quizás con la más mala resolución que se pueda ocurrir, el encierro.
