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Sucesos

Trabajadoras, muy en sus cosas y siempre amables

Idalie Quirós y Milena Salazar, fallecidas en accidente cerca del aeropuerto

En la casa siempre hubo alguien, pero la consternación y el dolor no les permitió hablar de sus familiares fallecidas

Un deceso siempre es doloroso, máxime si las causas son violentas, como les sucedió a Idalie Quirós y su hija Milena Salazar, la tarde del miércoles, luego de colisionar contra un tráiler, por eso ayer todo era dolor y consternación en el círculo familiar íntimo de estas mujeres.

“Hoy (ayer) amanecimos acá en el condominio -Arizona, en El Porvenir de Desamparados- con un lazo negro a la entrada por la muerte de ellas dos y realmente todos los vecinos estamos muy consternados acá”, declaró a DIARIO EXTRA Silvia Rodríguez, trabajadora en una de las casas vecinas de las occisas.

El dolor que embarga a su familia es tal que ningún miembro de esta quiso referirse al caso, en sus voces y gestos siempre se notó ese sufrimiento que sentían ante la pérdida de dos personas a las que se las califica de “demasiado buena gente, muy trabajadoras y siempre en sus cosas”.

Silvia Rodríguez las recuerda desde el día que se pasaron al condominio, hace unos dos años, y desde entonces lo que pudo percibir fue a una Idalie siempre en su casa, saliendo tal vez a hacer alguna compra al supermercado de la esquina, así como ocupada y preocupada por los dos nietos, hijos de su hija Milena.

“Para mí fue muy impactante, pero debo decirle que ellas eran muy herméticas, pues no se metían con nadie, siempre en su casa y en el trabajo”, dijo Rodríguez.

“A la que yo veía más era la señora -Idalie- porque la muchacha -Milena- trabajaba y casi no logré verla ni tratarla. Ella era de esas personas de antes, que siempre saludaban con un buenos días o buenas tardes, cómo está, y así era como mantenía la relación con los vecinos, pero sí, en realidad eran muy buenas personas”, agregó la vecina.

Rodríguez no dejó pasar la oportunidad para referirse al sentir de todos los habitantes del condominio, pues consideró este hecho como una necesidad ante la calidad humana de las occisas, su don de gentes y espíritu de servicio.

“Muy duro. Aquí todo el mundo está impactado porque a pesar de que era gente que no todo el mundo conocía, era gente muy decente, de muy buena conducta, es decir, gente sin ningún tipo de problemas”, comentó.

Con todo, siempre había momentos en que Idalie se quedaba conversando con alguien en la acera de su casa, pocos minutos, pero lo hacía, y según nos cuenta esta vecina, su amabilidad era patente, y ni que decir su hablar suave pero firme.

“Por la mañana -ayer- una vecina, ya mayor, que sí se relacionaba más con la señora me estaba contando que ella está muy dolida porque hace poquito estuvo hablando con ella.

Le contó un poco un drama que tenían ellos y más bien esto sucedía muy poco porque ellas eran gente en su casa, de salir a hacer el mandadito, de volver a entrar y salir a recoger aquí en la acera al chiquito cuando venía de la escuela o la muchachita del colegio y la señora siempre pendiente de los chiquitos porque las dos hijas siempre se mantienen trabajando”, manifestó.

Madre e hijas, como se indicó con anterioridad, tenían poco tiempo de vivir en este condominio y nunca tuvieron el más mínimo problema con nadie, y si supieron que si alguien necesitaba de algo, eso sí, ahí estaban para colaborar en lo que pudieran.

“Ellas tenían más o menos unos dos años viviendo acá porque este condominio tiene unos 10 años de existir y yo tengo siete años de trabajar en una de las casas. Ellas eran demasiado buena gente. Personas muy en sus cosas, su casita, la muchacha que murió muy trabajadora, porque le repito, yo prácticamente no la conocí porque se iba siempre muy temprano a trabajar”, concluyó.

Así eran Idalie y Milena, madre e hija que regresaban de la playa, y por una necesidad fisiológica de su nieto decidieron hacer un viraje para llevarlo a la estación de servicio más próxima, pero algo pasó porque cuando viraron se encontraron de frente con un tráiler, al cual impactaron.

Fallecieron minutos después, cuando las unidades de rescate y hasta médicos que pudieron estar cerca del accidente perdieron tiempo debido al bloqueo que efectuaban los porteadores, minutos perdidos que no sabemos, pero sabiendo que 30 segundos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, pues...

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Foto: José Venegas

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Viernes 10 Julio, 2015

HORA: 12:00 AM

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