Caos capitalino vs. movilidad urbana
Editorial
Desplazarse por la capital costarricense es todo un desafío, no solo por la gran cantidad de personas que lo hacen a diario rumbo a sus trabajos o bien en compras u otras diligencias, sino por la pésima organización urbana.
Si, San José centro es un verdadero dolor de cabeza para quienes andan a pie así como para aquellos que se desplazan en auto. La ciudad está colapsada, como se dice popularmente; “ni p’adelante ni p’atrás ”.
El espacio para recorrer de un extremo a otro el centro es limitado, se torna hasta riesgoso pues las aceras no dan abasto y aunque existe un bulevar, a la municipalidad se le ocurrió hacer en medio una ciclovía, entonces es un molote.
No importa la hora, los buses se estacionan en media calle, aunque con toda razón pues las autoridades del Ministerio de Transporte (MOPT) seleccionan los peores lugares para asignar las paradas, aquello se convierte en una lucha campal entre los transportistas públicos y los choferes particulares.
Ni qué decir de las paradas de taxis, apenas hay campo para 10 unidades, pero es fácil encontrar hasta 20, bloqueando las esquinas e irrespetando cualquier señal de tránsito, es más hasta las rampas para personas con discapacidad quedan inhabilitadas.
Estamos frente a un “Chepe” atascado, desorganizado y para colmo de males con infraestructura cada vez más abandonada. Definitivamente esta capital no es atractiva, no invita ni a propios y ni a extraños a explorarla. Esto es una gran debilidad, que poco a poco nos ha llevado a perder puntos en el ámbito turístico, aunado a los altos costos.
Años pasarán para que veamos un tren urbano moderno, estaciones de bus fuera del casco central.
Hay mil concesiones, pero de esas la mitad pasa por las mismas paradas, las unidades son obsoletas, un listado de inconvenientes para los ciudadanos y el desarrollo de San José, la capital de la Suiza centroamericana.
El caos que se vive con solo poner un pie en esta ciudad necesita revertirse; posibilidades hay, pero se trata más de un asunto cultural y de voluntad política.
Es por ello que 12 diputados de diferentes fracciones se unieron para emprender un proyecto de movilidad urbana, en beneficio de todos los ciudadanos.
Estos legisladores de forma muy atinada, buscan que las instituciones de gobierno responsables de la materia vial y de transportes, así como de ambiente, salud y vivienda, se integren a una ley que devuelva espacios a las personas que no viajan sobre ruedas.
Los legisladores apuntan a que una ley de movilidad urbana vendría a mejorar la calidad de vida, abriendo mayores espacios y permitiendo el desplazamiento a pie o en bici. La idea es generar una ciudad menos saturada pero siempre dinámica, muy al estilo de las capitales europeas.
Cifras indican que el espacio capitalino es ocupado en un 80% por los vehículos, dejando pocas posibilidades para aquellos que deben hacer uso de transporte público para llegar a sus destinos.
Por ejemplo, un usuario de bus de Coronado o Desamparados para llegar a San José tarda en hora pico más de una hora, lo anterior por los inmensos embotellamientos diarios. Eso implica una pérdida de tiempo de al menos dos horas diarias, el cual podría ser usado en actividades productivas o en descanso.
No hay comparación en aquellos que salen de Cartago, Alajuela o Heredia por las mañanas, el tiempo estimado de llegada al centro es cercano a las dos horas. Lo suficiente para generar un desgaste físico y psicológico, además de costos altísimos en factura petrolera.
La contaminación ambiental entiéndase no solo la basura en las calles, sino también el ruido excesivo, hacen que nuestra capital sea poco menos que atractiva.
San José urge de ser reorganizada, el proyecto que podría discutirse en la Asamblea en el mes de noviembre es una excelente opción. Ojalá todos los sectores involucrados entiendan cual es su cuota de responsabilidad en el tema, más allá de pensar en réditos económicos, la movilidad urbana traerá calidad de vida, tranquilidad y mayor espacio de convivencia para los costarricenses y visitantes.