Si usted piensa que la situación para los costarricenses es buena en el país vecino, está equivocado, pues las denuncias al Consulado, dos por semana, se sustentan en que las autoridades nicaragüenses detienen a los conductores ticos, les piden dinero y si no les dan, les quitan la licencia de conducir, a otros las llaves y los detienen.

La situación parece no tener equilibrio porque al menos cada vez que el vecino del norte solicita ayuda, Costa Rica sale en auxilio inmediato. Un ejemplo reciente es el caso de la familia nicaragüense asesinada en Santa María de Dota, donde la primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, solicitó al embajador Sancho ayuda para que vinieran dos policías, un médico forense y un fiscal a valorar el trabajo que hacía la autoridad judicial tica y que no se violentaban los derechos.

En cambio ahora no se presta la misma atención al caso de Gil Trejos.

Otro ejemplo ocurrió el 16 de junio de 2015, cuando el costarricense Eduardo José Tiffer Campos, de 43 años, fue dejado en la frontera con Peñas Blancas después de ser encarcelado en El Chipote un mes, argumentando los nicaragüenses que se trató de un problema migratorio.

A Tiffer se le obligó a quitarse la ropa, le quitaron el dinero y le dijeron que no tenía derechos, pese a que los reclamó. Además logró que su familia se enterara que estaba detenido, gracias a la esposa de otro prisionero que llegó a verlo y este le entregó un papel con el teléfono de sus familiares, indicándoles que le enviaran ayuda porque no lo dejaban salir y fue así como un mes después quedó en libertad.

De hecho, Tiffer hizo una carta donde relata todo lo vivido, de la cual DIARIO EXTRA obtuvo una copia.

“Buenos días. Yo soy costarricense, mi madre es de Guanacaste y mi padre de Diriomo, Masaya, Nicaragua. El motivo de mi viaje era ir a ver una tía que murió ocho días después de estar privado de libertad, ella tenía cáncer y tenía 82 años, su nombre era Carmensa Tiffer, aún así diciéndole eso a dos oficiales que conocían a mi tía que consultaran que era cierto que iba por ese motivo, a un oficial le dicen 'Chico' y al otro 'Carcache', el jefe de Migración no quiso ni consultarles a ellos, ni ir a la policía de Costa Rica, ni me permitió una llamada a mi embajada, ni a mi familia en ambos países; al día siguiente le dije al mismo oficial que no me podía detener más de 72 horas y que por favor me sellara la entrada a Nicaragua, ya que ellos no me permitieron hacerlo a mí respondiéndome el capitán bruscamente que nosotros los ticos queremos hacer en Nicaragua lo que se nos da la gana, poniéndome como ejemplo el pleito político del río San Juan y la isla Calero, me dijo que mi pasaporte y el sello del jefe de Migración que me lo había revalidado en San José no tenía ningún valor en Nicaragua, que ahí mandaba él y nada más. Me trasladaron a Managua esposado y en el cajón de una camioneta a Migración de Managua, estando ahí la entrevista que me hace una servidora me dice que mi caso no es para estar ahí, un oficial llamado Douglas me quita mi dinero y me trasladan a El Chipote, al llegar a El Chipote veo que solo me quitó la mitad del dinero que llevaba y los oficiales de El Chipote me preguntaron si había estado preso alguna vez y yo les dije que no. Le vuelvo a decir que me permita hablar con mi embajada o hacer una llamada de la cual yo creo tengo derecho y me dijo que ahí yo no tenía ningún derecho como tico que soy, me dijo también que de ese lugar no me sacaba nadie ni me podía visitar nadie, quitándome la ropa y encerrándome en una celda de 2x2, donde habíamos cuatro personas. Ahí pasé pensando día a día qué delito había cometido para estar ahí y pidiendo todos los días a Dios paciencia y fortaleza, y pidiéndoles a los oficiales hablar con mi embajada o mi familia, a los 15 días de estar ahí y no tener ninguna respuesta de ellos, un día martes que es la visita logro mandar con un preso el número de teléfono de mi familia y la esposa del preso se pudo comunicar con mi familia, dándose cuenta en dónde me encontraba, el martes siguiente me visita mi prima Irma Tiffer diciéndole que mi tía ya había fallecido y que nadie sabía adónde me encontraba, ella buscó un abogado que le cobró $200 yendo él al juzgado y metiendo dos recursos de amparo y no le permitieron visitarme, le decían que mi caso era un delito común y que Migración era quien me tenía ahí y que ni el abogado me podía ir a ver, una mañana en una requisa un oficial de apellido Chavarría me hace saber que me falta poco para mi libertad, que eran 30 días de castigo que Migración me había puesto, cuando llegan los 30 días y no me liberan le pregunto al oficial Norman y él me contesta de mala gana que son 30 días hábiles, no incluye sábados ni domingos, hasta tres días después me trasladan a Migración. Estando en Migración me permiten una llamada de la cual tuve que pagar una recarga de $5 porque si no, no podía realizarla, ahí estuve tres días más diciéndome ellos que no había carro para transportarme hasta la frontera, cobrándome el combustible de mi transporte. Al llegar por la noche a la frontera me recibe otro capitán totalmente diferente al que me procesó, contándome el mismo que el oficial que me apresó es nuevo en Peñas Blancas y que se han presentado muchas quejas sobre él. El oficial que me recibió me trasladó muy amablemente hasta Migración de Costa Rica y ahí me pusieron en libertad, un oficial llamado Carlos me recibe diciéndome que mi salida del país estuvo bien y que mi pasaporte estaba en perfecto estado y habían abusado de autoridad en Nicaragua. Don Álvaro, hay muchas personas en El Chipote y en Migración de Nicaragua, la cual se aprovechan de su autoridad y abusan de su puesto robándoles sus bienes, maltratándoles físicamente mientras nos encontramos en territorio nicaragüense. Me he dado cuenta que muchas personas se han ido a quejar a la Oficina de Derechos Humanos en Nicaragua, la cual recibe las denuncias y no procesa ninguna porque son de los mismos y el mundo no se da cuenta de lo que pasa en Nicaragua. He estado pensando que estando yo en Nicaragua años atrás para las últimas elecciones que ganó Daniel Ortega me había entregado una mujer del partido de Sandino una cédula para que fuera a votar por Daniel que yo como hijo de padre nicaragüense tenía derecho a votar en ese país y meses después de las elecciones Migración me la quitó diciéndome que estaba mal tramitada y en ese momento comprobé que en realidad era hijo de un nicaragüense y me dieron los pasos a seguir para sacar la cédula, ya que como hijo de un nicaragüense tengo derecho, después de eso ingresé al país en otras ocasiones y nunca tuve ningún problema”.

 

PERIODISTA: Alexander Méndez

EMAIL: [email protected]

Sábado 20 Junio, 2015

HORA: 12:00 AM

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