¿Cómo impulsar el crecimiento económico y el empleo en Costa Rica?

Alternativas

La Academia de Centroamérica planteó esa pregunta el pasado 11 de mayo a destacados economistas.

Claro que el bajo crecimiento económico es causado por el poco crecimiento de la productividad de nuestros trabajadores, que por supuesto no es su culpa. El crecimiento se da aceleradamente si el promedio de producción por hora de trabajo crece. Ese aumento ha sido lento, tanto si lo comparamos con países que ya eran ricos hace 60 años, como si lo hacemos con países que se han enriquecido muy aceleradamente en ese periodo.

¿En cuál de los sectores productivos se ha dado un mayor atraso en el crecimiento de la productividad? En el sector que es cada vez más importante, en el de servicios.

Durante este período el cambio estructural de nuestra producción se ha dado con una disminución de la proporción del empleo en la agricultura. Esta es una tendencia generalizada de los países que aumentan su producción. En nuestro caso el trabajo liberado del sector agrícola inicialmente dio lugar a un crecimiento de la participación de manufactura y servicios. Pero en las últimas dos décadas más bien se dio un decrecimiento en la importancia relativa de la manufactura. El cambio ha sido hacia una importancia cada vez mayor del sector servicios.

El sector servicios es muy heterogéneo, pues en él coexisten desde los más elementales servicios personales y comerciales hasta las más sofisticadas actividades de soporte empresarial que se venden al extranjero. En los primeros no estamos sometidos al beneficioso rigor de la competencia internacional y hay menos estímulos y necesidad de incrementar la productividad.

La buena noticia es que en los últimos años la productividad en servicios ha aumentado, aunque levemente. Claro, los cambios de la apertura en seguros, telecomunicaciones, en el mercado al por menor y en el sector financiero y la exportación de servicios han incrementado la competencia y el acceso a conocimientos, y han tenido ese efecto. Debemos estudiar la productividad en servicios según sus subsectores, para determinar políticas que promueven su apertura y competencia.

Cuando se estudiaron las restricciones que efectivamente limitan nuestro crecimiento salieron a relucir los temas ya por muchos años conocidos: la deficiente infraestructura vial y portuaria; las limitaciones de nuestro capital humano por la calidad de la educación media y la falta de atinencia de las carreras más cursadas en la educación superior; la enorme dificultad de adoptar políticas públicas; la ineficiencia en las ejecución de las tareas gubernamentales; las dificultades para hacer negocios y los límites que impone el desequilibrio fiscal.

Es triste constatar que estas carencias presentes ya hace dos décadas, en algunos casos -como infraestructura y desajuste fiscal- más bien se han agravado.

Con los cambios de mayo en el escenario político se podrían generar los acuerdos necesarios entre partidos, entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, entre los sectores público y privado para enfrentar con éxito esos problemas, cuya solución es tan importante para la justicia social, la equidad, el crecimiento y el bienestar de nuestro país.

Si discutimos políticas y no políticos podríamos lograrlo.

PERIODISTA:

EMAIL:

Lunes 18 Mayo, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Sr. Miguel Ángel Rodríguez