El ingenio de los aficionados no tiene límite. El sábado, por ejemplo, los hinchas florenses recibieron a Francisco Calvo, exflorense, con billetes de rojo fotocopiados con la carita del jugador, con lo que le quisieron decir que se vendió al firmar con Saprissa.
Calvo afirma que los insultos y ese tipo de gestos no le afectan, más bien juntó cuatro billetes para llevárselos a sus familiares.
“He tenido la bendición de jugar en estadios muchos más grandes y he sabido manejar este tipo de situaciones, no es algo nuevo para mí”, dijo.
El jugador sentenció que los insultos “no me bajonean, porque que griten cosas de mi familia sé que mi familia no es así, entonces no me van a bajonear porque estoy enfocado en otras cosas, tengo mis metas personales y grupales y con eso no pasa nada”.
Añadió: “Para ellos (aficionados) yo fui malagradecido, la entiendo porque los aficionados son así, no me voy a poner a pelear contra 7 mil personas porque no puedo. Dejarlos y aceptar lo que griten”.
Al futbolista hasta en la calle le gritan improperios, pero sostiene que no anda con miedo por ningún lado de Heredia cuando le toca transitar la zona. También cuenta que un grupo pequeño de heredianos le han dado su apoyo, y que seguidores del Saprissa, que será su próxima casa, lo apoyan.
Calvo se ve siendo figura el miércoles en el partido de vuelta, incluso anotando el gol de la clasificación del Santos a la final.
“Que sea lo que Dios quiera, lo que deseo es disputar una final más. Si Dios me regala un gol lo voy a disfrutar mucho, porque entre más pueda ayudar al equipo bienvenido sea”, finalizó.
