Yelba Liseth González Alvarado, de 30 años, llegó con intensos dolores de parto buscando ayuda. El pequeño que llevaba en su vientre estaba pronto a nacer y el único sitio al que podía acudir era la delegación policial de Brasilia de Upala, y así lo hizo.
En medio de aquel sufrimiento, acompañada por su esposo y su hijo mayor de 2 años, tocó la puerta implorando que alguien le diera una mano.
Al otro lado, tres oficiales, Odilio Campos, Douglas García y Michael Fernández, que ya se retiraban del puesto pues habían estado de guardia, no dudaron en ningún momento en atenderla.
Todo esto ocurría a las 5:25 de la mañana. Yelba presentaba intensos dolores y no había tiempo para trasladarla hasta Upala, queda a 45 kilómetros.
De inmediato llamaron a la Cruz Roja de Upala. No había tiempo que perder. Ante los intensos dolores y el inminente nacimiento de la criatura decidieron acondicionar la delegación para recibir al bebé.
Los cruzrojistas, por medio del teléfono, les daban todas la instrucciones del caso. Fue así como Odilio, Douglas y Michael se convirtieron en parteros. Dejaron de lado sus armas y las esposas para cambiarlas por sábanas, alcohol, gasas y tijeras, que tenían en botiquín.
Con cuidado acostaron a la mujer en la cama de uno de los policías y se dispusieron a recibir al bebé. Todo duró 10 minutos. Ella estaba junto a su esposo Juan Ramón Vásquez, quien siempre le brindó también apoyo.
Los minutos pasaban. El pequeño se puso en posición y comenzó la labor de parto. El milagro de la vida, en todo su esplendor, tomaba la humilde delegación en Brasilia de Upala, mientras tres oficiales se convertían en héroes, por lo menos, en los de aquella familia.
Con las instrucciones de los cruzrojistas, los policías procedieron a cortar y amarrar el cordón umbilical para evitar un sangrado en la madre.
Fue así como a las 5:35 un pequeño, a quienes sus padres le pusieron Jefrey Ulises Vásquez González nació en la delegación policial de Brasilia.
Sin complicaciones y con la ayuda de tres uniformados que dejaron de lado su labor para ayudar a una pareja de nicaragüenses.
