Tras varias denuncias interpuestas ante la Policía Municipal de San José y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) por reproducción de pornografía a menores, los oficiales realizaron un allanamiento en una casa ubicada en Barrio Luján, en esta capital.
Allí, una mujer de apellido Hernández arrendaba la vivienda para usar computadoras y videojuegos, y al parecer tenía material no apto para menores; supuestamente prestaba su local para que colegiales vieran porno.
Los policías luego de varias llamadas de atención lograron la intervención y dar con las pruebas suficientes sobre lo que dentro del lugar pasaba.
Durante el allanamiento, el PANI se llevó a 4 menores, quienes estaban dentro del sitio, también decomisaron de compus, televisores, controles de videojuegos y decenas de discos con contenidos pornográficos.
LICEÍSTAS ERAN CLIENTES FRECUENTES
Vecinos y testigos hablaron con DIARIO EXTRA y comentaron sobre la situación, adujeron que al lugar todos los días se veía entrar muchachos con uniforme del Liceo de Costa Rica desde tempranas horas, donde pasaban gran cantidad de tiempo, situación que poco a poco les generó desconfianza, pues no entendían qué hacían dentro.
Al parecer más de 3 estudiantes frecuentaban el sitio, mientras se presume que decían a sus padres que iban a clases, cuando en realidad hacían otra cosa.
“Pobres los papás de los muchachos que con tanto esfuerzo les dan el estudio para que los jóvenes les hagan esto, estoy seguro de que son padres educados, decentes y trabajadores, esto hay que pararlo, ya que esta mujer se enriquece a costillas del pulmón de los padres que ni cuenta se dan”, dijo Jorge Tello, dueño del lugar, quien le alquilaba a la detenida.
MODO DE TRABAJAR
Hernández alquiló la vivienda, sin embargo se las ingenió para montar un lugar lleno de computadoras con todo lo necesario para meter a escondidas a los jóvenes.
Al enterarse que era investigada decidió colocar una cámara de seguridad fuera de la estructura para ver quién tocaba el timbre y si era el dueño o la policía no abría.
La mujer vive en compañía de una menor de 4 años y un adolescente de 16. Los lugareños molestos en múltiples ocasiones dieron aviso a las autoridades, pues a altas horas de la noche y madrugada se escuchaban jóvenes en la casa.
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CRÉDITOS: Fotos: Herbert Arley
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Jueves 20 Noviembre, 2014
HORA: 12:00 AM
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