¡Al fin! Eso manifestaron los seis custodios y dos allegados que se extraviaron el pasado lunes en las montañas del Zurquí y ayer en la mañana fueron rescatados por valientes cruzrojistas, oficiales de la Fuerza Pública y baquianos que se internaron en su búsqueda.
Según las autoridades, el operativo que se montó supera los ¢13 millones entre personal permanente y voluntario; vehículos, ambulancias y de operaciones; combustible; alimentación, medicamentos; movilización de equipo, helicóptero, entre otras cosas que se ocuparon durante cuatro días.
La espera fue larga para los intrépidos funcionarios judiciales que al parecer acostumbran caminar en diferentes montañas del país, pero en esta ocasión la selva los atrapó y no dejó salir, luego de que un derrumbe les impidiera seguir.
Afortunadamente todos salieron ilesos de los peligros que representa estar perdido en una zona montañosa donde tienen que soportar bajas temperaturas, amenaza de animales salvajes, lluvia y hambre, pero ayer les llegó la salvación.
Con aplausos, oraciones y abrazos fueron recibidos y posteriormente trasladados en ambulancias hasta el puesto de mando, donde les tenían comida y una valoración para su posterior regreso a casa.
Al parecer de los seis custodios, tres portaban armas de fuego y realizaron algunas detonaciones para ser escuchados por las patrullas que estuvieron recorriendo por horas el Zurquí.
Pese a la desesperación por ser ubicados, está prohibido portar armas dentro de un parque nacional, por lo que funcionarios de Asuntos Internos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) llegaron al sector de Ventanas, por donde salieron los extraviados, con el fin de decomisar las armas.
Sin embargo trascendió que por orden del director del OIJ, Francisco Segura, no aplicaron el procedimiento y se espera que la próxima semana les tomen declaración a los funcionarios para conocer de primera mano lo sucedido.
PRESOS EN ESPERA
Durante la búsqueda de los custodios se comprobó que el jefe de Cárceles del II Circuito Judicial de San José usó un chaleco con la letras “OIJ”, pese a no ser investigador, durante varias horas en el puesto de mando de los rescatistas, esperando noticias de sus subalternos.
Además se hizo acompañar en todo momento de otro funcionario que conducía la perrera negra placas CL274975, que estuvo estacionada a un lado de la ruta 32. Mientras eso pasaba, algunos privados de libertad necesitaban traslado a diferentes diligencias que suelen hacer.
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CRÉDITOS: Fotos: Randall Sandoval
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Sábado 01 Noviembre, 2014
HORA: 12:00 AM