No más improvisación

Editorial

No dudamos de las buenas intenciones del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), pero, tras escuchar las explicaciones de los jerarcas de la entidad, no podemos más que pensar en improvisación.

En redes sociales, la gente reclama por la forma en que se está manejando la situación, debido a que se percibe falta de información.

Sabemos que existen ocho empresas distribuidoras de energía y que no es sencillo generar un plan operativo, especialmente cuando la decisión estalla de la noche a la mañana.

Pensaríamos que si se tratara de una catástrofe natural estarían exculpados, pero cuando nos dicen que esto se sabía hace meses y no se hizo nada, con la esperanza de que el clima cambiara, no es de recibo.

Si Marco Acuña, presidente del ICE, alertó a entidades como el Ministerio de Ambiente y Energía de que esto podría ocurrir, debería decirlo abiertamente y que se repartan responsabilidades en el Gobierno.

Y es que si una lección nos dejó la pandemia es que con la economía de los hogares no se improvisa.

Hay tantos sectores que dependen de la electricidad y que podrían ver afectadas sus operaciones.

Desgraciadamente esto toca a todo el país, no se limita a una región y es poco lo que se puede hacer. Tener un plan B a tres días de los cortes no es factible para muchos negocios, además de que en Costa Rica muchas empresas funcionan bajo encadenamientos productivos.

El reclamo es que, como sociedad, pudimos tener más tiempo para prepararnos, pero hasta el último minuto el ICE suelta la bomba y pone a todo el mundo a correr.

¿Cómo podemos pensar que no se trató de una improvisación cuando informan algo tan delicado por medio de un simple comunicado de prensa y luego, ante las interrogantes de todos, hacen una conferencia de prensa para avisar que anunciarán los cortes en estos días? Eso es como “el aviso del aviso”.

Esperábamos que mostraran las horas, los días de corte, la probabilidad de extensión de los racionamientos, el manejo por circuitos, pero nada de esto se dio. Simplemente, el mensaje fue: “les estaremos comunicando la información más adelante”.

¿Y mientras tanto? La gente necesita planificación. Hay miles de personas aún haciendo teletrabajo, otras más con compromisos ya pactados, reservaciones y demás.

Esto sin contar todos los propietarios que tienen pequeños negocios en los barrios residenciales, como una soda, una pulpería, un restaurante.

La crisis es tal que no se podrá discriminar. Si el establecimiento está en la calle del corte, lo único que queda es cerrar las puertas. Se salvan quienes están en un sector donde haya bancos, hospitales y centros de operaciones como la Cruz Roja.

Hace bien la Asociación de Zonas Francas cuando dice que: “Los racionamientos en el sector residencial implican indirectamente un perjuicio a la continuidad de negocios de las empresas multinacionales”.

Comprendemos que hay una situación climática difícil que solo Dios y la naturaleza pueden resolver, pero seamos francos, ¡pudimos prepararnos mejor!

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 10 Mayo, 2024

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