La Universidad de Western Australia demostró que las plantas tienen sentidos complejos y desarrollados, en el estudio “Tuned in: plant roots use sound to locate water” los investigadores demostraron que las plantas pueden sentir la vibración del sonido de la corriente del agua moviéndose a través de cañerías o la propia tierra, y así guiar a sus raíces para encontrar la fuente de agua.
Así mismo demostró que a las plantas no les gustan cierto tipo de ruidos, y tratarán de alejarse de ellos. Otro estudio realizado en 1973 demostró que las plantas expuestas a la nota Fa durante 8 horas se morían a las dos semanas.
Sin embargo, las que fueron expuestas solo 3 horas, acabaron siendo plantas más saludables que las que crecieron en absoluto silencio.
Para darle veracidad a esto, fueron puestos en práctica diversos experimentos utilizando plantas y colocándole música, de esta manera se evidenció que, las plantas que fueron sometidas a sonidos de rock presentaban hojas pequeñas, se alejaban del sonido, se alargaban o doblaban e incluso morían en dos semanas.
Mientras que las plantas sometidas a música clásica desarrollaban sus hojas y tallos, además se inclinaban hacia el suave y delicado sonido de la melodía. Por lo que, llegaron a la conclusión de que las plantas prefieren los tonos suaves de la música clásica.
Al parecer la exposición de muchas horas a la música o sonidos, también afecta su sano desarrollo.
La obra matriz de la relación entre música y plantas llegó un poco más tarde, La vida secreta de las plantas, un libro de Peter Tompkins y Christopher Bird publicado en 1973.
Este best seller se sigue editando y se considera que, gracias a su labor de divulgación de teorías científicas y exploraciones artísticas sobre la materia los urbanitas no volvieron a mirar de la misma forma su jardín.
Tres años después Mort Garson, ocultista y personaje muy particular, lanzaría su mítico Plantasia, el primer álbum realizado con sintetizadores electrónicos cuyo objetivo era, en teoría, que fuese escuchado por plantas y humanos. La primera música de fondo para que tus suculentas crezcan esplendorosas. Un sonido tecno-lounge futurista que fue odiado en su momento pero que fue recuperado décadas después.