Soy un hombre soltero de 25 años. Tengo cinco años en una relación y pensamos casarnos. Por la pandemia nos fuimos a vivir juntos transitoriamente. Ella es muy bonita y es buena en la cama, pero por todo hace problema. Se enoja por cualquier cosa y corta toda comunicación por dos o tres días. Luego, como si nada me vuelve a hablar, pero en cuestión de días vuelve a hacer problema. No sé si cuando madure se le quitará.
Aun cuando las parejas encuentran muchos atributos y motivos para estar juntos, el “buen vivir” es una condición imprescindible para que la relación tenga futuro. Muchas parejas que se quieren y se llevan bien en la cama tienen el problema del carácter de uno, o de ambos, y convierten un romance, un idilio, una vida en pareja en una auténtica “calle de la amargura”.
Abundan aquellos que permanecieron en un vínculo y hasta se casaron sin resolver este inconveniente a tiempo, muchos creyendo que era simple inmadurez y que con el tiempo se resolvería, cuando en realidad la ciencia señala que estos problemas suelen acrecentarse con el tiempo.
En estos casos las parejas deben aprender por sí solas, o buscando ayuda profesional, a encontrar formas diferentes, más viables y menos hostiles de resolver las desavenencias y problemas. Ambos tienen que aprender a superar los caprichos, berrinches y rabietas y convertir el diario vivir en una experiencia gratificante orientada a cumplir los sueños y expectativas que manejan.
Con los encantos no basta, con “ser bueno en la cama” no es suficiente, para consolidar una relación, es necesario que ambos aprendan a llevarse bien y a solventar con creces las dificultades que el diario vivir depara.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Martes 20 Octubre, 2020
HORA: 12:00 AM
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