Parece mentira, pero un hábito tan rutinario y sencillo como ducharse resulta el momento en que muchos llevan a cabo costumbres poco saludables. De hecho, hay reglas para mantener la piel exitosamente sana, pues a medida que envejecemos, las glándulas sebáceas caducan, por lo que nos volvemos mucho más propensos a la piel seca, de manera que se torna trascendental efectuar los ajustes necesarios. Si evita cometer los siguientes errores, podría cuidar la piel de manera fácil.
*No permanezca mucho tiempo en la ducha. Por mucho que el vapor, la corriente de agua y el calor agradable le resulten tentadores, pasar 15, 20, incluso 30 minutos en la ducha no es una buena idea porque los expertos dicen que algo más de 10 minutos se tornan demasiados, bastan de 5 a 10 minutos para tomar una ducha. Las duchas largas le quitan humedad a la piel, lo que puede provocar erupciones y picazón.
*No abuse frecuentemente de geles espumosos. Tenga presente que, entre más espuma haya, más sustancias superficialmente activas contienen los productos de limpieza, lo cual significa que está agotando su capa de aceite natural, lo que a su vez le lleva a la sequedad y la aspereza de la piel. Además, si los agentes antibacterianos no se prescriben específicamente para usted, no es necesario que los use a diario.
*No use esponjas húmedas o demasiado desgastada, porque son perfectas para el crecimiento de bacterias y mohos, por lo que es mejor cambiarlas una vez cada 4 semanas. Trate de usar una manopla o una toalla en su lugar. También es importante secar la esponja después del uso.
*No se seque demasiado fuerte, más bien pase la toalla con delicadeza por su cuerpo y evite restregarte con ella para secarse más rápido. Un secado demasiado enérgico puede provocar la rotura del cabello e irritar la piel, así que sea delicado después de salir de la ducha. Darse suaves palmadas con la toalla es lo adecuado y resulta válido para la cara, el cuerpo y el cabello.
*Intente perder el hábito de envolver el cabello en la toalla. Deje que cuelgue, y séquelo todo lo que pueda.
*No use agua excesivamente caliente porque hace que la piel se seque y se vuelva escamosa, aparte elimina demasiada grasa de la piel, dejándola indefensa. También aumenta el flujo sanguíneo, lo cual a menudo conduce a eritema, inflamaciones y erupciones. El agua entre 35-40 °C es perfecta para una piel sana.
