Era fiesta, no carnaval
Editorial
La noticia dada a conocer por DIARIO EXTRA acerca del viaje que realizarán personal y estudiantes del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) a los Emiratos Árabes nos hace dudar de la credibilidad del mensaje brindado por el Presidente de la República sobre la situación económica del país, cuando afirma que estamos en números rojos.
Muchos cuestionan este mensaje y creen que es una manera solapada de obligar a que se aprueben los famosos y malqueridos proyectos fiscales ante la situación tan catastrófica que pintan, pues casi que han advertido un apocalipsis. La semana anterior, muchos cerraron con la terrible noticia de que no había plata para aguinaldos, pero, curiosamente, un par de días después este tema fue desmentido y ya muchos pudieron volver a respirar.
Los malpensados también han llegado al punto de decir que el mandatario Solís quiere quedar como el gran salvador, pues ya se dio cuenta de que esto le sirve para subir en las encuestas.
Con esta información a la mano, nos preguntamos cómo es posible que se vayan a desembolsar casi ¢65 millones en tiempos cuando se supone deben primar la austeridad y los recortes de los presupuestos con miras a solo usar el dinero necesario para el funcionamiento de las instituciones.
Por lo menos eso pidió el mandatario Luis Guillermo Solís en la famosa cadena de la semana anterior, donde dijo que había que zocarse la faja, porque ya los números no daban para seguir sacando adelante el país, que ante ese escenario les pedía a las cabezas de las instituciones evitar los gastos innecesarios.
¿O será que debe medirse el gasto en otros rubros, pero los viajecitos van a seguir prevaleciendo ante la falta de dinero? ¿Cómo así, si es lo primero que debería de recortarse? Pues, de todos los famosos viajes hechos por los ministros, presidentes ejecutivos y hasta los del presidente, pocos resultados hemos visto.
Casi que se podría asegurar que muchos han aprovechado estos cuatro años para conocer y pasear más que para buscar soluciones a las problemáticas que tiene el país y, lo peor de todo, hasta se les ha tenido que dar viáticos para esto.
Ante este escenario, nos preguntamos si será necesario que vayan todas estas personas al viaje, pues va más personal del INA que estudiantes a competir, ¿o será que algunos van a aprovechar para viajar a costillas de todos los costarricenses?
En definitiva, se generan dudas respecto a una delegación de 15 personas, cuando solo cuatro son estudiantes y posiblemente se trate de los únicos que van a competir. Comprendemos que además deban ir los profesores para asesorarlos, pero entonces nos cuestionamos a qué va el resto, pues al único que no invitaron fue al guarda de la institución.
Al tema de los ¢65 millones hay que sumarle que estos no son los únicos gastos, pues además de todo ese dinero que desembolsarán hay que sumar el seguro viajero, el transporte del aeropuerto al hotel y viceversa, además de los salarios que se deben seguir desembolsando a los empleados que van al viajecito.
Cuántos de estos viajes millonarios se darán no solo en el INA sino en el resto de instituciones del Estado, cuántos le estarán pasando por encima al Presidente, a pesar de que les pidió evitar gastos innecesarios.
Y no es un tema de que DIARIO EXTRA quiera molestar o que no los deje gobernar, sino que se busca una actitud consecuente en el Gobierno, entre lo que dicen y lo que hacen, pues parece que con estos viajes la gente pasa de fiesta a carnaval.
En primera instancia, el Presidente Ejecutivo de esta institución debería de dar cuentas acerca del porqué va tanta gente y por qué se ocupa tanta plata; pero que sea antes del viaje, pues luego de este ya no hacemos nada con el monto gastado.
