Cultivos transgénicos: Verdades a medias son mentiras completas (I)
Jaime García*
En la edición de este diario del 12/5/16 la Sra. Marta Valdez publicó un artículo sobre cultivos transgénicos (CT), en el cual se dicen inexactitudes y verdades a medias, por lo que, por respeto a la información fidedigna que los lectores de este diario merecen, a continuación refutaré algunas de sus apreciaciones.
El término “biotecnología agrícola moderna” es la manera floreada y aromatizada al que hace referencia el título del artículo de Valdez para referirse a los CT o genéticamente alterados, creados por medio de técnicas burdas e imprecisas de manipulación genética (goo.gl/u1KCPS), con lo cual se busca reducir la resistencia del lector a aceptar los CT.
Respecto a la cita del área global cultivada de dos millardos de hectáreas (ha) en 20 años, debe considerarse que: 1- Como máximo, del área global dedicada a la agricultura en un mismo año, los CT alcanzaron como máximo solo 3,7% de esta, lo cual demuestra por sí solo su fracaso (goo.gl/n2ilbA). 2- El cuestionado éxito de los CT, sumado a los efectos adversos que vienen produciendo, ha hecho que varios países redujeran sus áreas de siembra en el 2015, disminuyendo estas en 1,8 millones de hectáreas con relación al 2014. 3- Solo 28 de los 200 países del mundo siembran CT, lo que demuestra la poca aceptación que tienen éstos, tanto por los agricultores (menos del 1%) como por los consumidores. En forma acumulada, de esos 28 países, tres abarcan cerca del 80%, 5 el 90% y 10 el 98% del área sembrada, repartiéndose el 2% restante, los otros 18 países, entre los cuales están 6 de los 10 países latinoamericanos con CT. 4- Cerca de 99% del área con CT está ocupada por solo cuatro cultivos: maíz, soya, algodón y canola. 5- La mayor parte de los pocos países con CT siembran solo uno de ellos (de los únicos 11 CT existentes). 6- En el 2015 se dejó de sembrar tomate transgénico.
Respecto a los supuestos beneficios de los CT que cita Valdez, debe tenerse en cuenta que casi la totalidad de los CT tienen solo dos características: tolerancia a un herbicida (principalmente al glifosato, clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de la OMS en la categoría “Probablemente cancerígeno para humanos” (goo.gl/4M1MLt), y a larvas de mariposas y escarabajos. En ambos casos estos rasgos se han venido perdiendo por la aparición de resistencia (goo.gl/szfgmT, goo.gl/SZZWTe).
Lo anterior representa, entre otros aspectos, riesgos e incertidumbres para la salud de los consumidores, ya que la comida transgénica tiene residuos de estos herbicidas, así como de las toxinas que producen los CT, para eliminar las larvas de insectos citadas (goo.gl/rsh3cn). Por tanto, no es cierto bajo ningún punto de vista lógico, que los CT contribuyan a “una agricultura sostenible”, ni que represente “un gran beneficio para la conservación de la biodiversidad”, como lo afirma Valdez, cuando esa es precisamente la primera característica que se afecta con su siembra (goo.gl/aGIWta).
Respecto a los países latinoamericanos que cita Valdez, cabe acotar que: 1- Chile: por estar contaminadas con transgénicos, sus exportaciones de semillas de maíz y miel de abeja fueron rechazadas por Alemania, produciendo graves pérdidas económicas (goo.gl/R44gGS, goo.gl/9eN4LI). 2- Por la misma razón, varios países de la Unión Europea rechazaron exportaciones de miel de abeja de otros países de la región (goo.gl/J0hEdD). 3- Colombia: Por bajos rendimientos, sus algodoneros tuvieron pérdidas estimadas en 70 mil millones de pesos colombianos en 2013 (goo.gl/GibVKa, goo.gl/EHf9i1). 4- México: a) El supuesto “maíz tolerante a sequía y a condiciones extremas de frío”, dado a conocer en 2011, no se ha liberado; y b) No es cierto que existan “… unas 200 mil Ha de algodón y soya”; ya que la industria transgénica mundial indica que son unas 100 mil ha (goo.gl/NQbEMV), en tanto que el organismo oficial para ofrecer esta información dice que en el 2015 “no se ha permitido ninguna superficie de siembra” (goo.gl/368uFz). Entonces ¿a quién creerle? 5- En goo.gl/ksp2FW hay información adicional sobre las experiencias negativas que han experimentado los pocos países que tienen CT en sus territorios.
Por lo anterior, la aseveración de Valdez de que “la región latinoamericana es sumamente dinámica en la adopción de esta tecnología y genera un alto porcentaje de productos biotecnológicos a nivel mundial”, no tiene asidero real, por lo que no pasa de ser propaganda engañosa a favor de los CT.
Con base en lo anterior se aprecia que las afirmaciones de Valdez sobre los supuestos beneficios de los CT no son más que un intento fallido por seguir generalizando los mitos creados por la industria de los transgénicos. Como lo revela la publicación “Mitos y realidades de los OGM” (goo.gl/HV7xKd), la realidad es todo lo contrario, y así se evidencia en esta obra, con evidencias concretas, haciendo ver que los CT no son más que un negocio basado en pseudociencia y publicidad engañosa, con repercusiones graves a nivel social, económico y ambiental, entre otros.
Por último, pero no menos importante, es obligado decir que Valdez omite citar las fuentes de los datos que menciona, y que en gran parte se encuentran en el informe del ISAAA-2015 (goo.gl/NQbEMV), organización financiada por las corporaciones transgénicas, que toman como referencia los informes hechos a su medida por PG Economics, una consultora contratada por estas (goo.gl/FvZV5o, goo.gl/LsCBRB), con el objetivo de seguir promocionando los mitos en torno a los CT. En el enlace goo.gl/pqJ3JI se observa una crítica a la metodología utilizada en estos informes. Baste esto para alertarnos respecto a la dudosa veracidad de los datos reproducidos por Valdez.
*Catedrático UNED-UCR; Red Coordinación Biodiversidad, [email protected]
