Ante la incesante actividad del volcán Turrialba, muchas son las especulaciones sobre lo que podría pasar ante una eventual gran erupción, y una de esas es que un fuerte terremoto con devastadoras consecuencias sería el resultado más fatídico. Esa información fue descartada por expertos de diferentes instituciones encargadas de vigilar al coloso.
Para empezar no hay registros en Costa Rica de que una erupción volcánica haya ocasionado un terremoto o gran sismo y para los expertos eso dice mucho, sin embargo más que solo eso como un respaldo existe una fórmula de energía sísmica, la cual indica que es casi imposible que suceda.
“Esa fórmula se basa en el área de ruptura, deslizamiento y rugosidad de las rocas, es una medida física que finalmente tiene un resultado exacto.
El volcán Turrialba es pequeño comparado con otros y su área de ruptura por ende es pequeña, la mayoría de volcanes tiene de 3 a 4 kilómetros de largo y de 5 a 6 kilómetros de profundidad, eso representa una ruptura muy pequeña.
Por ejemplo, en el terremoto de Sámara la ruptura era de 60 kilómetros dentro del mar, es mucha diferencia. Para un volcán es imposible generar sismos mayores a los 5 grados”, dijo Gino González, vulcanólogo del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la Universidad de Costa Rica (CIG-UCR).
Inclusive en otros lugares del mundo donde hay volcanes mucho más explosivos y con erupciones históricas, los sismos no superaron esa intensidad, tal es el caso del Santa Helena en Washington (5 grados), Estados Unidos, y El Chichonal, México (4,3 grados).
Los volcanes sí generan sismos, pero son muy pequeños, la gran mayoría ni siquiera son percibidos por la población.
ACTIVIDAD NO CESA
Las condiciones en el coloso no varían, son las mismas de la última semana, ante eso las autoridades mantienen el monitoreo y se reúnen constantemente para mantenerse al tanto de lo que pueda ocurrir.
Según el reporte de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), las erupciones levantan la pluma lo máximo 1 kilómetro desde la base del cráter y es dispersada por las corrientes de viento hasta 3 kilómetros, provocando caída de ceniza en el Valle Central e incluso en el Pacífico Central.
“Por el registro sísmico de las estaciones ubicadas en la cima es posible inferir que la emanación de ceniza ha sido constante casi por 48 horas. Es probable que la actividad continúe de la manera que lo ha hecho, que aumente o disminuya, únicamente el monitoreo constante de la instrumentación instalada para dar seguimiento al comportamiento del volcán es la que va a dar la pauta de su evolución”, señala el reporte del CNE.
El aumento de la actividad llevó a la CNE a tomar la decisión de cerrar completamente el anillo de 2 kilómetros, además por razones de seguridad ni siquiera personal especializado podrá subir más al cráter a realizar inspecciones o cualquier otro tipo de trabajo.
PERIODISTA: Carlos Castro Gamboa
CRÉDITOS: Fotos: AFP y Foto: wwww.elsalvador.com
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Lunes 23 Mayo, 2016
HORA: 12:00 AM
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