El apellido Marín fue protagonista en la quinta jornada del torneo de Verano 2016. Los hermanillos Miguel y Erick se lucieron con dos golazos que le depararon puntos importantes a Limón y Pérez Zeledón, respectivamente.
Muy pocas veces se da en el fútbol tico que hermanos anoten en la misma jornada. Y casi nunca se da que esos goles hayan sido calcados: de tiro libre, ingresaron en el mismo sector de la cancha y los dos en el marco norte.
Una coincidencia que rara vez se presenta en la primera división, pero que tiene muy contentos a los hermanillos Marín.
Miguel se destapó con una joyita de gol la noche del miércoles, en el empate a un gol de La Tromba de visita al Uruguay de Coronado.
Al minuto 75 se señaló una falta a favor de Limón en los linderos del área. Miguel tomó la pelota con confianza la colocó, una mirada al marco defendido por Neighel Drummond, unos pasitos atrás y riflazo de derecha. El cuero se elevó y bajo pegado al palo izquierdo. ¡Golazo! Fue el 1-1 que le dio un valioso punto al cuadro verdiblanco.
“Lo felicité por su gol y le dije que si me quedaba una oportunidad lanzaría un tiro libre”, reveló Erick de lo que habló con su hermano sin sospechar en ese momento que 24 horas después sería él quien abombaría las redes.
Se lo hizo al portero panameño Jaime Penedo. Falta a favor de los Guerreros del Sur al minuto 32, casi en la misma posición de la que su hermano cobró en el Estadio Labrador. Tomó la pelota, la colocó y en su cabeza retumbaban los consejos que Miguel le dio. En esa conversación Miguel lo invitó a tenerse confianza si quedaba un tiro libre cerca de la portería morada, por eso desde que agarró la redonda sabía que iba a anotar.
“Me tuve confianza y pude anotar para bien del equipo”, dijo a DIARIO EXTRA el mayor de los Marín, Erick.
“Fue un momento muy agradable que mi hermano y yo anotáramos. Él me tiene acostumbrado a marcar golazos, antes estuvimos hablando de que era bueno que esté anotando y él me dijo lo mismo”, agregó.
La familia Marín festejó por partida doble, primero el miércoles con Miguel y luego el jueves con Erick.
Dos golazos de tiro libre que entraron en el mismo sector de la portería, solo que con piernas diferentes. Miguel la pegó de derecha y Erick con la izquierda.
“Se nos están dando las cosas tanto a él con Pérez Zeledón como a mí en Limón. Gracias a Dios se me dio la oportunidad de anotar un gol de tiro libre, es algo lindo que a mi hermano también”, comentó a El Periódico de Más Venta en Costa Rica Miguel, con el pecho inflado de orgullo porque él y su pariente fueron protagonistas en la jornada 5.
“Los dos fueron igual, entraron al mismo lado, solo que con piernas diferentes. Fueron dos goles iguales”, agregó.
LA PRÁCTICA
HACE AL MAESTRO
Sí fue coincidencia que los Marín anotaran goles casi calcados, no es coincidencia que sean buenos cobradores de tiros libres.
Los hermanillos solían practicar estos lanzamientos en la plaza del barrio, allá en San Felipe de Pavas.
A la canchita se iban con los compas, uno se atrevía a defender la portería y los otros más atrevidos retaban a los Marín con los cobros de tiro libre.
Siendo jugadores de Barrio México en la Liga de Ascenso hace algunos meses, también visitaban la plaza donde fueron perfeccionando los tiros.
“Por mi casa hay una canchilla donde íbamos todos los días después de entrenar. Llegábamos a la casa, almorzábamos y nos íbamos en las tardes a practicar, porque para nadie es un secreto que la práctica hace al maestro”, contó Miguel.
“En una cancha por la casa nos íbamos a practicar, asistíamos con unos amigos y eso nos ha ayudado mucho, y lo que queda es seguir practicando”, añadió Erick.
En Barrio México también después de los entrenamientos se quedaban unos 10 minutos pateando.
“Esperamos que no sea el primero, sino que el primero de muchos más que se puedan dar”, dice con un alto grado de positivismo Miguel.
CUENTA PENDIENTE
El sueño desde que los dos llegaron a la máxima categoría ha sido compartir vestuario en algún equipo.
Ya lo hicieron en segunda, pero les queda como tarea hacerlo en la división de honor.
“Siempre donde él ha andado he estado ahí, donde hemos jugado lo hicimos los dos, eso ha sido vacilón. No disputábamos un puesto porque él lo hacía por izquierda y yo por derecha”, recuerda Miguel cuando de carajillos mejengueaban.
“El sueño siempre ha sido jugar en primera juntos, se nos adelantó en segunda y muy orgulloso de que así fue. Él es un gran jugador con el que me siento muy cómodo y ojalá que podamos jugar juntos”, manifestó Erick.
Coinciden en que la relación que tienen se ha mantenido fuerte a lo largo del tiempo pese a la distancia en la que se encuentran.
En 22 días se reencontrarán pero como rivales. Por la jornada 11 el 28 de febrero Pérez Zeledón recibirá a La Tromba.
“Ahora me tocará enfrentarlo, le deseo lo mejor, pero serán 90 minutos en los que tenemos que ser enemigos, cada quien defenderá lo suyo, luchará por su equipo”, sentenció el hermano mayor, Erick.
