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Opinión

Más leyes o más valores…

Tinta con sentido

No sé qué me ha causado más dolor, la muerte de Alexander, el abuso en contra de su hermanita, el maltrato de los ancianos en el asilo o la indiferencia, falta de sensibilidad y poco arrepentimiento que, de acuerdo a los medios, muestran los presuntos responsables.

 

Como madre y abuela, no puedo dejar de pensar en el dolor de la madre y como abuela no puedo imaginar el sufrimiento y la impotencia de los ancianos ante tanto abuso y falta de amor y respeto por su dignidad. Y, al igual que miles de costarricenses, me pregunto: ¿qué nos está pasando?

 

Nos enorgullecemos de ser un país de paz, pero de qué paz estamos hablando, cuando nuestros niños ingresan a los hospitales víctimas de las quemaduras causadas por la madre, de las palizas de los padres, de los accidentes de tránsito causados por el irrespeto a la ley, del abuso sexual, de la agresión intrafamiliar, del bullying y el maltrato físico entre compañeros de escuela, de la desnutrición. Estos pequeños viven literalmente en un estado de guerra, donde sobreviven a duras penas.

 

Lo ancianos no son la excepción, muchos de ellos, al final de sus vidas, subsisten en medio de agresiones, burlas y abandono. 

 

Niños y ancianos comparten una triste realidad, sus advertencias y denuncias, sobre maltrato y abuso, no son siempre tomadas en serio. 

 

Clamamos por más leyes, más estrictas y más severas, en algunos casos se endurece el sistema y… nada pasa, porque el problema no está en la legislación, está en la falta de valores. La ley de Tránsito contempla Cero Tolerancia y es considerada como una de las más estrictas a nivel mundial y los conductores siguen tomando y conduciendo en forma temeraria. Existe la ley que prohíbe a los padres golpear a los hijos y siguen llegando al Hospital de Niños medio muertos. La ley que prohíbe la caza de animales y sin embargo tenemos personas que se regocijan rompiéndole el pico a un tucán, que apedrean una oropéndola hasta la muerte, que se ensañan rociando ácido en la cara de un perro o matan de inanición a los animales.

 

Las leyes son necesarias, pero sin ciudadanos dispuestos a respetarlas, sin personas que puedan diferenciar entre el bien y el mal, sin seres humanos íntegros y que respeten la vida y la dignidad de las personas, de nada nos servirá seguir promulgando leyes.

 

Podemos fortalecer las fuerzas represivas, podemos invertir más en seguridad, capacitar mejor a nuestros policías, ¡en buena hora! Pero si no invertimos en inculcar valores y rescatar principios, en promover la solidaridad y el respeto entre las personas, de nada servirá la inversión.

 

Es evidente que desde hace tiempo nos culpamos unos a otros, a la familia, a los políticos, a la televisión, al Estado, a los medios, a las iglesias, a cualquiera que no sea nosotros mismos. La mutua descalificación nos ha dejado sin referentes y sin credibilidad. ¿Cómo entonces iniciar una gran cruzada nacional de rescate de valores? Más aún: ¿Cómo hacerlo sin que la politiquería, el mesianismo y el oportunismo echen por tierra cualquier esfuerzo?

 

PERIODISTA: Gloria Bejarano Almada

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Sábado 30 Mayo, 2015

HORA: 12:00 AM

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