A horas de que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) viva unas nuevas elecciones -con Joseph Blatter y Ali Bin Al Hussein como candidatos-, el organismo es sacudido por el arresto de varios altos integrantes y otros ejecutivos acusados por fraudes electrónicos y lavado de dinero.
Pero el señalamiento a estos miembros de FIFA, incluyendo al presidente de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol), Eduardo Li, es un eslabón más de los fuertes cuestionamientos que se le hacen al ente rector por supuestos sobornos.
Históricamente dirigentes de FIFA han sido cuestionados a lo largo de las décadas, por lo que unos fueron sancionados y otros se inclinaron por renunciar como los brasileños Joao Havelange, presidente del ente de 1974 a 1998; Ricardo Teixeira, jerarca de la confederación de su país y del Mundial 2014; el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol; y el catarí Mohamed Bin Hamman.
Pero de unos años para acá FIFA está en el ojo del huracán, debido al polvorín que se levantó por la adjudicación de las sedes para los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022. A raíz de esto han sido cuestionados altos dirigentes del ente rector del fútbol mundial por supuestamente aceptar mordidas para favorecer estas candidaturas.
Eso se encadena con la investigación que lleva en curso el FBI sobre varios dirigentes de FIFA por fraudes electrónicos y lavado de dinero, siendo Eduardo Li uno de los implicados.
Es a partir de 2002 cuando el diario británico The Daily Mail revela una posible compra de votos en la primera elección de Joseph Blatter como presidente de la FIFA en 1998, que se vuelve a cuestionar a la cabeza del fútbol mundial y que se pone nuevamente en tela de duda la industria del balompié.
Ese mismo año Blatter es acusado por malversación de fondos de acuerdo a un informe presentado en el Comité Ejecutivo. Y así se han venido suscitando una serie de hechos hasta que ayer se presentó la captura de varios de sus miembros.
