La incertidumbre aún reina en los cientos de habitantes de San José de Upala, donde se registró una de las mayores tragedias en los últimos meses, pues ahí Alexander Mendoza, de apenas 11 años, murió a causa de los golpes que le propinó su vecino, quien además agredió y abusó sexualmente de su hermanita.
Teresita Mendoza Espinoza, de 8 años, permanece desde la semana pasada en una habitación del Hospital Nacional de Niños, ahí junto a su madre y una tía trata de volver a sonreírle a la vida, a pesar de seguir muy lastimada físicamente.
Olga Arguedas, directora de ese centro médico, comentó a DIARIO EXTRA que durante estos días los funcionarios de diferentes ramas de la medicina han hecho esfuerzos enormes para fortalecer la condición de la menor, cuya principal adversidad fue su estado anímico.
“Evidentemente hubo daños muy fuertes que afectaron no solo la condición física de la niña sino también su parte psicológica. Hemos estado durante todos estos días haciendo muchos esfuerzos para contrarrestar esos males que ella refleja. Los muchachos de enfermería y trabajo social trataron de forma muy especial a la chiquita”, comentó.
Lo más doloroso de todo es que aunque los ojos de la niña han vuelto a brillar, sus condiciones físicas aún no le permiten caminar bien, únicamente con la ayuda de las enfermeras.
“Podríamos decir de una manera preliminar que ella va a estar en el hospital unas dos semanas más, mientras puede recuperarse por completo. Para nosotros es un alivio que ella pueda volver a sonreír, algo que le hemos visto poco desde su llegada, sin embargo gracias a Dios ha habido muchas personas que están pendientes de ella y le traen obsequios que mejoran su estado de ánimo. Su madre y una tía vienen todos los días”, detalló Arguedas.
PUEBLO DOLIDO Y CON SECUELAS
El pasado lunes y desde entonces personal del Ministerio de Seguridad Pública (MSP) y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) han brindado colaboración a la escuela de Valle Bonito de Upala, donde estudiaban los pequeños Alexander y Teresita.
Según vecinos, muchos escolares sufren a diario miedos e incertidumbres por lo que pasó en su pueblo y temen por su vida cuando van camino a clases, por lo que han necesitado el apoyo de diferentes instituciones del Estado.
“Queremos que los pequeños sigan con su vida normal, no que tengan miedo ni mucho menos deseos de no asistir a lecciones. Agradecemos a las múltiples organizaciones que han colaborado con nuestro centro educativo. Es necesario decir que extrañamos a Teresita y queremos que vuelva pronto”, dijo Carmen Bolaños, directora de la escuela.
