En lo que va del año han desaparecido 58 niños en nuestro país, es decir un promedio de 14 por mes, cifra que no solo es preocupante sino también escalofriante porque además desnuda la realidad a la que están expuestos los menores de edad.
Las estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), del 1 de enero del 2013 al 30 de abril del 2015, muestran un crecimiento radical en la desaparición de menores de 18 años. En el 2013 se registraron 10 casos, en el 2014 se reportaron 19 y en lo que va del año esa cifra se triplicó.
De las 58 personas reportadas desaparecidas, cuyo paradero a la fecha se desconoce, 46 (79,3%) son mujeres y de ellas el 20% tiene 14 años, según el OIJ.
Mientras tanto, a la fecha se habla de 12 hombres, de los cuales el 8,5% tiene entre 15 y 17 años.
De acuerdo con los números de 2015, los investigadores del OIJ recibieron 2 denuncias por desaparición de niños de 2 años, 1 de un menor de 4, 5, 8 y 10 años, cinco de niños de 12 años, 16 de jóvenes de 13, 18 de 14, 7 de 15, 10 de 16 y 6 de 17.
LAS PROVINCIAS
De los menores que aún no aparecen, el 82,7% son costarricenses y en todas las provincias se ha visto un aumento de casos. En Puntarenas, donde no se había registrado ningún caso, se contabilizan 4.
La provincia donde más menores de edad desaparecen es San José con 23, le siguen Cartago con 12, Alajuela con 8, Guanacaste con 7, Limón y Heredia con 2. (ver recuadro “Cifras por provincias”)
En los primeros cuatro meses de 2015, en abril se reportaron más casos ante el OIJ para un total de 35, en marzo 13, en febrero 6 y en enero 4. (ver recuadro “Cifras por mes”)
Según el OIJ, cuando se trata de mayores de 12 años la denuncia la reciben los investigadores, y aunque la regla indica que en un buen porcentaje se determina que la desaparición es por fuga del hogar, en los casos del 2015 no lo pueden asegurar así porque los menores aún no aparecen.
De los 131 menores desaparecidos en el 2015, 73 aparecieron, mientras que de 58 no se tiene información de dónde podrían estar.
Para el Ministerio Público la desaparición de una persona menor de edad, por sí sola, no constituye un delito, por eso el Ministerio Público tiene imposibilidad para intervenir.
Las alertas por desaparición constituyen un acto preventivo que las policías registran, ya que la experiencia ha demostrado que en algunos casos resultan en un homicidio u otros delitos.
Esas actuaciones preventivas, que son exclusivas de la policía, en algunos lugares como Canadá implican una divulgación profusa de las imágenes del menor y de los datos con que se cuenta, pero son actos preventivos.
