Un operador de radios de la Unidad Especial de Apoyo (UEA) de la Fuerza Pública identificado como Melcin Gerardo Carrillo Argüello fue encontrado torturado y sin vida a un lado de la carretera Bernardo Soto, en San Miguel de Naranjo.
El hallazgo lo hicieron a las 5 a.m. de este martes vecinos, quienes alertaron a las autoridades que un hombre estaba con los brazos amarrados hacia atrás y presentaba lesiones al lado izquierdo del rostro, tórax y espalda.
La víctima de 43 años tenía un pequeño orificio al lado arriba de la oreja izquierda con sangrado profuso y vestía un pantalón y una camiseta café. El cadáver estaba rígido, por lo que se presume tenía la menos 6 horas de fallecido.
Según algunos allegados, días atrás vendió un lote, por el que le pagaron varios millones de colones en efectivo y no se descarta que ese sea uno de los móviles del crimen que maneja la policía.
Los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ubicaron a 15 metros del cadáver un bolso con varias tarjetas, sus documentos personales, un celular digital, la placa policial y ¢337 mil en efectivo.
Las autoridades no descartan que a Carrillo lo asesinaron en una calle conocida como Quesera, en San Miguel de Naranjo, y lo lanzaron varios kilómetros después desde la parte trasera de un auto liviano en movimiento, por lo que sufrió lesiones en diferentes partes del cuerpo.
Además se presume que le solicitaban entregar el dinero, sin embargo parece que el hombre no reveló dónde tenía toda la plata, lo que habría enfurecido a los asesinos.
Raúl Rivera, jefe inmediato de Carrillo, se mostró sorprendido y lamentó lo sucedido a su compañero, quien tenía 22 años de ser funcionario público.
“Toda una vida se desempeñó como operador de radios dentro de la unidad, ha sido difícil determinar qué fue lo que sucedió con el compañero, que fue muy disciplinado durante más de dos décadas. Era un oficial que gozaba de varios días libres, no teníamos información de que estaba desaparecido, me sorprende lo sucedido, el caso está en manos del OIJ”, explicó.
FAMILIA ACOMODADA
Francisco Segura, director del OIJ, manifestó que a las 11 p.m. de este lunes les dieron la alerta de la desaparición de Carrillo.
“Un taxista vio de largo cuando peleaba contra unas personas y lo montaron a un carro, lo único que aparece en el sitio fue la tapa de un celular con sangre. Estamos tratando de ver qué fue lo que pasó.
Había una cinta rota luego de estar amarrado de manos, desconocemos quién la rompió, tiene lesiones en la cabeza, oreja y frente. Era una persona de perfil bajo y de una familia acomodada de la zona, no tenía problemas con nadie”, detalló.
Segura agrega que esperan el transcurso de las pesquisas para determinar la causa del crimen, ya que por el momento está muy confuso. Una psicóloga del Ministerio de Seguridad fue quien le dio la mala noticia a la madre e hija del policía, quienes estaban en su vivienda en San Miguel de Naranjo.
AMANTE DE ALLEGADOS
Nills Carrillo, hermano del policía asesinado, aseguró que en sus días libres solía visitar a los familiares.
“Después de las 8 p.m. del lunes nos informaron que iba para la casa de una prima, a 2 kilómetros de la suya, y cuando esperaba el bus un carro rojo lo interceptó, lo metieron a la fuerza y se lo llevaron. El sábado lo vi por última vez en un funeral donde hablamos un rato, hoy me queda como recuerdo”, declaró.
Alfonso Varela Hidalgo, amigo de la víctima, aseguró que Carrillo era un hombre ejemplar y no merecía morir de esa forma.
“Era amigo mío desde hacía 30 años, me enseñó a disparar porque quería ingresar a la policía. No sé qué pudo pasar con una persona trabajadora, amable y muy especial. Esperemos que den con los responsables del crimen y determinar las causas que enluta a una familia y la comunidad”, lamentó.
Después de varias horas recopilando evidencia en la escena, los agentes levantaron a Carrillo y lo trasladaron al Complejo de Ciencias Forenses, donde le practicaron la autopsia, que determinará la causa de muerte.
MES DE CRÍMENES
Según las autoridades, en el último mes y medio se registran tres homicidios que mantienen a los naranjeños preocupados y en alerta, ya que los hechos de sangre han sido muy violentos, luego de siete años de tranquilidad.
El primer homicidio se produjo el 24 de abril pasado, cuando Nicolás Valenciano Alvarado, de 71 años, recibió un disparo en el tórax en las cercanías del Banco Nacional.
El ataque se produjo a las 9 p.m. cuando el anciano, quien iba acompañado de un amigo a realizar un depósito de dinero, producto de lo obtenido en las ventas del día de su empresa Cadena Comercial Naranjo, fue sorprendido por dos hombres. El otro crimen ocurrió el 27 de ese mismo mes, cuando dos sujetos, al parecer nicaragüenses, asesinaron al administrador de una finca luego de robarle un dinero.
