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Espectáculos

Cura y relojero

Víctor Hugo Víquez, Orotina

Víctor Hugo Víquez es un sacerdote que, no sólo cura el alma con sus sermones, sino también tiene remedios para reparar los antiguos relojes y campanas de las iglesias.

 

Su trabajo más reciente fue en la Iglesia de Orotina donde puso todo su conocimiento durante mes y medio para reparar el centenario reloj que fue donado por Primo Vargas, allá por el año 1910. 

 

Se trata de un Blasco de Tarragona traído de España cuyo tic tac es parte del sonido ambiente del cantón alajuelense. Además, se corría el riesgo de que el antiguo aparato se desprendiera debido a la corrosión. “En realidad es como un entretenimiento que tengo fuera de las labores sacerdotales y por supuesto que me apoyo en la colaboración de muchas personas”, destacó el sacerdote Víquez de la iglesia de Orotina.

 

El religioso es oriundo de San Joaquín de Flores y cuando era un güila lo mandaban a reparar los relojes donde el señor Carlos Hoppe, quien era el relojero oficial de la época; a él le debe lo que sabe sobre la materia.

 

Cada vez que aquel chiquillo llegaba donde el relojero preguntaba acuciosamente detalles sobre los relojes; toda esa información le ayudó para seguir los pasos de su maestro.

 

“Parece mentira, antes se trabajaba sin tanta tecnologíay los aparatos duraban añales y eran exactos”, detalla el padre Víquez, quien está feliz de poner en funcionamiento el reloj de Orotina que ya está luciendo en la parte externa del edificio.

VEINTE MANOS

 

En la reparación del reloj de Orotina participaron 20 manos que apoyaron al sacerdote en los trabajos que iniciaron desde bajar el aparato, desarmarlo, pulirlo para eliminarle la corrosión y pintarlo. 

 

Estos tipos de relojes son controlados por unas pesas moldeadas en hierro o cobre y tienen un sistema de graduación manual. 

 

A estos aparatos se les debe dar cuerda cada cinco días por medio de una cigüeña

 

“No tengo cuantificado el costo de la reparación, la cual se realizó con recursos de la propia parroquia; algunas de las piezas fueron confeccionadas en el taller Fénix de forma gratuita”, declaró el cura.

 

No es el primer reloj que repara pues en su currículum tiene 10 ejemplares hasta el momento, eso sí, solo le mete mano a los que son grandes porque asegura que ya su vista no le da para revisar los de bolsillo.

 

Según el cura, este tipo de relojes son muy cotizados por los coleccionistas de todo el mundo e indicó que los aparatos de cuerda y péndulo dejaron de fabricarse en España desde hace mucho tiempo.

 

El peso del marcador de hora no está calculado pero sí es de varias toneladas; desde marzo el sonido característico del reloj empezó a sonar en la iglesia, aunque muchos desconocieron que la labor fue titánica donde soldadores, albañiles, pintores y por supuesto la supervisión del cura Víquez, quien intercaló su trabajo de relojero con el de confesor.

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Sábado 18 Abril, 2015

HORA: 12:00 AM

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