La Carpio.- Muy duro, durísimo. Doña Mirna Vallejos quería hablar, clamar justicia por la muerte de su hijo, Andrés José Mendoza Vallejos, pero el recuerdo de él le hacía un nudo en la garganta. Tenía en brazos al hijito de Andrés, lo único que le queda de él.
“Él se dedicaba a la construcción y a todo lo que le pusieran. Era muy inteligente”, contó hasta que la frenó el llanto y tras un abrazo sincero retomamos el relato. “Yo le decía no te metas con esos amigos, tu no tienes amigos, pues ellos mismos te pueden matar. Yo oraba por él, pero el sábado me dormí porque estaba cansada de trabajar y me dolían los riñones. Me levanté a las 11 y no estaba, a las 12 y tampoco. Fue hasta las 2 y media mi hija me dice Andrés está en el hospital. Se lo llevaron porque lo mataron”.
Lo recordó como una persona a la que le gustaba servirle a los demás. “Yo le decía que querés y él me decía salir adelante. Me decía somos de la muerte, siento que no puedo respirar mucho, me duele mucho el corazón y le dije ponete con Dios, entregale tu vida a Cristo. Me lo decía varias veces y yo le respondía “andate de aquí”. El viernes llamé al papá de él para que se lo llevara a Guanacaste porque sus amigos le ofrecían guaro y drogas”. Incluso el ahora fallecido soñó que un hombre de repente lo mataba, según su mamá. “Usted no tiene idea lo que siento, es que me despedazaron mi corazón al matar a mi hijo” recordó cuando llegó el cuerpo para velarlo esta mujer nacida en la frontera con Nicaragua. Lo que más le indigna es que el supuesto asesino está identificado. Vivía en la zona y aparentemente abandonó su casa para esconderse muy cerca de donde cometió el crimen. Mencionó el número 6231 2714 para aquellos que le quieran ayudar con ropita, o comida para el bebito de dos meses.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
CRÉDITOS: Fotos: Herbert Arley.
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Martes 31 Marzo, 2015
HORA: 12:00 AM
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