Costa Rica está en un punto de inflexión

Anfe

Sonar las alarmas en el país es muy lejano a lo que cualquiera debería gustar hacer. Sin embargo hay algo que sobrepasa ese malestar; es tener que vivir la consecuencias de lo que puede llegar a ser. El desempeño económico costarricense podría estar mucho peor de lo que ya está, no sería sensato decir que Costa Rica está viviendo un colapso económico, sin embargo el problema es que todo indica que podría estar dirigida hacia él.

Nuestro país sostiene estadísticas que en efecto no son extrañas para nuestra historia económica, incluso sostenemos tasas de inflación que son bastante competitivas por no decir “buenas” en comparación con la historia monetaria nacional. Tenemos un país que ha logrado sostener las tasas de interés mediante colocación de bonos y mantenemos además un crecimiento económico a tasas que si bien deberían ser mayores, tampoco generan mayor alarma. Aunque no podemos obviar que la tasa de desempleo consterna.

Lo que más ha de preocupar a los costarricenses es la insostenibilidad fiscal, enfrentarse a un déficit cercano al 6% posterior al presupuesto aprobado que mostró que lejos de bajar el gasto público el Gobierno optó por aumentarlo; genera una justa preocupación. Los costarricenses empezaron a ver que cada incremento en el gasto conlleva un intento de aumento tributario por parte del Gobierno. La reforma tributaria que impulsa el Ejecutivo implicaría una descapitalización del sector privado en un momento histórico, donde Costa Rica amalgama una sólida pérdida de competitividad.

Nuestra frontera con un país al norte que invita a los inversionistas y al capital sin mesura alguna y con todas las facilidades que incluso rayan en lo cuestionable. Y al sureste tenemos un país que invita al capital extranjero y que se preocupa por mantener un clima para hacer negocios que resulta seductor y que ostenta una sólida competitividad. El ‘‘lujo’’ de tener a un país como el nuestro con un avance caracterizado por el ‘‘nadadito de perro’’ es algo que cada día adoleceremos más.

El sector privado se encuentra indispuesto. El levantamiento al veto de la Reforma Procesal Laboral que tanta pleitesía les rindió a los sindicatos, el alto costo en las tarifas eléctricas, el alto precio de los combustibles por la negativa del Gobierno de abrir el monopolio de Recope por mero capricho, la constante amenaza de una reforma tributaria que aumentaría impuestos cuando el Gobierno se rehúsa a cortar el gasto público y por último un sector público con beneficios excesivos al que no se le busca aplicar la tan necesaria Ley de Empleo Público, que vendría a regular esos abusos en los nuevos empleados públicos, tienen que preocupar a quienes producen riqueza y a los costarricenses que se beneficiarían de una situación económica mucho mejor.

El gobierno ha corrido con suerte, la caída del barril del petróleo ha amortiguado una situación económica complicada. Cuando el índice de confianza de los consumidores viene de mostrar una progresiva caída, estas noticias dan un leve respiro a una economía costarricense que preocupa hacia dónde va. Será mediante reformas estructurales certeras y la dinamización de nuestra economía que lograremos el crecimiento económico a tasas que ayuden a sobreponernos a las limitantes actuales para que así Costa Rica pueda volver a caminar.

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Martes 31 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: David Rodríguez Suárez